No prendas la luz....


Estas en la fiesta disfrutando el ambiente y bebiendo con tus amigos unos tragos mientras charlan sobre las chicas que les gustan. No sabes cómo pero después de unas 3 horas terminan hablando sobre historias de terror. La fiesta acaba y vas a la casa de algún amigo a ver una pelicula de terror.

Regresas a tu casa tarde, tus papás están dormidos en la habitación al final del pasillo y lo único que quieres es irte a dormir, llegas a tu cuarto y apagas las luces mientras recuerdas la buena fiesta en la que estuviste, y de repente, las imágenes de los monstruos ficticios que tenías con tus amigos empiezan a formar parte en tu mente.

Caes dormido rápidamente, pero a los 15 minutos unos pasos fuera de tu cuarto te despiertan y los recuerdos te vuelven a traicionar, y aún después de eso vuelves a la cama sin darle mucha importancia.
Pero a los 30 minutos escuchas más sonidos y esta vez están dentro de tu habitación y despiertas exaltado, prendes la luz porque recuerdas que de niño eso ayudaba a calmar tu miedo, pero no hay nada…

Justo cuando cierras tus ojos

La Mano



“Carola y yo siempre fuimos las mejores amigas. Ayer ella me invitó a su casa, a jugar y a que me quedara a dormir. La verdad, no supe bien si aceptar su invitación, porque aunque tengo ya ocho años, jamás me animé a quedarme en la casa de nadie. “No te preocupes”, me dijo ella, “todo estará bien”.Acepté y fui con ella luego de la escuela. Jugamos hasta el anochecer, cenamos, y su madre nos dejó ver una película antes de ir a dormir. Cuando llegó la hora de acostarse, me di cuenta de un problema.

La habitación de Carola tiene las dos camas (la de ella y la de su hermana mayor que se fue de viaje) separadas por el espacio que ocupa la mesita de luz. Pero arriba de la misma, no hay una lámpara que encender durante la noche.

Traté de ser fuerte y no decir nada para no quedar como una bebé, pero cuando nos acostamos y la mamá de Carola apagó la luz, no pude evitar sentir miedo.

“¿Qué pasa?” me preguntó mi amiga.

“Nunca te dije, pero tengo mucho miedo a la oscuridad”, contesté.

“No tiene nada de malo, es algo muy común. Tengo una idea: saca la mano que tienes de mi lado y toma la mía. Así no tendremos miedo”.

Me pareció un buen plan, y cumplí lo que me dijo. Cuando por fin sentí su mano aferrada a la mía, mi miedo desapareció, y pude dormir.

Esta mañana

Faceless

Faceless


Era una oscura noche de invierno. Yo me dirigía a mi hogar después de las clases de la facultad. Era el último día de exámenes finales, por lo que al fin podría descansar y dejarme de presionar sobre el pasar de curso. Ese día hacía mucho frío y, como era de esperarse, había muy poca gente en la calle.
Estaba a punto de llegar a casa cuando de pronto apareció frente a mí la silueta de una chica de espaldas. Al acercarme más, comencé a oír sus sollozos.

Pensé en no ayudarla. Me gustaba leer historias de terror en Internet y la situación me pareció muy familiar, pero mi sentido del deber ganó.

-¿Te Encuentras bien? - Le pregunté, un poco incómodo.

La chica seguía llorando haciendo caso omiso de mi pregunta, así que decidí hacerla una vez más.

-Oye, ¿Te encuentras bien?
 
La chica dejó de llorar inmediatamente y comenzó a girarse hacia mí.

Me quedé paralizado.

La chica no tenía rostro.

Comenzó a acercarse hacia mí. Yo no sabía qué hacer. Quería salir corriendo de allí, pero mi cuerpo no respondía a mis órdenes. Continuó avanzando, y yo caí de espaldas contra el duro asfalto, presa del pánico. Ella se recostó sobre mi cuerpo, dejando su rostro- o lo que fuese- a tan sólo unos centímetros del mío.
La chica se quedó completamente quieta sobre mi cuerpo, y mi respiración agitada y los ruidos guturales que ella emitía eran lo único que quebraba el silencio de la noche.

Finalmente, se dejó caer sobre mí. Creí que era mi fin, pero me sorprendí a mí mismo al conseguir debatirme y escapar de su agarre. En cuanto me liberé eché a correr hacia mi apartamento, con el corazón latiéndome desbocado en la garganta.

Llegué a casa y usé todos los cerrojos, llaves y cerraduras de los que disponía. Llamé a la policía, mintiendo y diciendo que creía que alguien me estaba siguiendo y que solicitaba protección. No me creyeron, y cuando terminé la llamada seguía igual de inquieto y aterrorizado.

Decidí llamar a mi hermana, y le pedí que viniese a casa.

Al poco tiempo sonó el timbre, y pese a que sabía que se trataba de ella no pude evitar mirar por la cerradura para ver si se trataba realmente de ella y no de aquella criatura- de cuya existencia yo empezaba a dudar-. 
La invité a entrar, y tras unos minutos de charla, ella sacó el tema de la llamada.

-¿Por qué me has llamado?-preguntó, y percibí la preocupación en su voz.

-No me vas a creer. - le conté lo sucedido, y no pude evitar un par de lágrimas al revivir los horripilantes hechos.

Ella se mantuvo en silencio durante todo mi relato.

-¿No tenía cara?-preguntó, intrigada.

Negué con la cabeza.

-¿Así? 
 
Se puso de pie de un salto y esbozó una sonrisa diabólica,

¡Ayudadme!

Este post fue escrito por una usuaria llamada “Leire_89F”, se encontró en un famoso foro sobre sucesos paranormales, donde la gente comenta sus experiencias con acontecimientos sobrenaturales, el post se titulaba “Ayudadme”

“Hola, soy una chica de veintidós años de Bilbao y busco ayuda por que estoy aterrorizada:
Desde que cumplí los dieciséis o los quince años, de vez en cuando tengo la misma pesadilla, que se repite exactamente igual una y otra vez.

Una pesadilla en la que me encuentro sola en una especie de edificio abandonado o en construcción, no lo sé muy bien, los recuerdos de mi pesadilla son algo borrosas. Dentro de ese edificio, oigo unos golpes muy lejanos, pero golpes bastante violentos: ”¡Pum! ¡Pum!” ,retumban con bastante eco por todo el edificio. Los golpes cada vez van sonando más cerca de mí ”¡Pum! ¡Pum!”, acercándose por los largos y lóbregos pasillos de dicho edificio que desconozco.

Es entonces cuando el terror me inunda y empiezo a correr por los pasillos del edificio buscando un escondite. Corro hasta que mi pasillo acaba en la puerta de un cuarto de baño aún sin finalizar. Acabó escondiéndome en una de las pilas separadas por maderas y cierro la puerta mientras oigo como los golpes violentos suenan más feroces y cada vez más cerca ”¡PUM! ¡PUM!”. Me agazapo encima de la taza del váter, procurando no dejarme ver por lo que sea que produzca esos golpes.

Finalmente los golpes llegan al cuarto de baño donde aterrorizada no hago ningún ruido, hasta que los golpes suenan tras la puerta de la pila donde estoy escondida ”¡PUM!¡PUM!”. La puerta tiembla en cada golpe, y yo entierro la cabeza entre mis piernas deseando que todo acabe, mientras los golpes suenan cada vez más fuertes y continuados “¡PUM! ¡PUM! ¡PUM! ¡PUM!”. Es entonces cuando la puerta parece apunto de ceder, que despierto temblorosa sudando en mi cama y chorreando sangre entre mis piernas y manchando las sabanas de sangre.

Cada vez que tengo esta pesadilla me baja la regla, trastornando incluso mi ciclo menstrual, pero no acaba aquí lo curioso de mi pesadilla. Lo curioso es que cada vez que tengo esta pesadilla en el transcurso de mi periodo menstrual surgido por dicha pesadilla, me siento perseguida y vigilada. Como si alguien estuviera observándome a cada paso y a cada momento. Al principio creí que era algo de las hormonas o del reciente recuerdo de la pesadilla. No le dí más importancia hasta la tercera o cuarta vez que conseguía ver por el rabillo del ojo y de manera muy fortuita a una chica. Cada vez que la veía estaba  en clase, paseando por la calle o incluso sentada con amigos, siempre a lo lejos medio escondida y cuando quería fijarme mejor, desaparecía.

Era una chica joven, de mi edad más o menos y parecía vestir de color gris toda ella cada vez que la veía brevemente ya que nunca conseguí verla por periodo de tiempo prolongado para poder fijarme bien en ella, pero cada vez que aparecía, no podía dejar de temblar.

El Dibujo

¿Nunca haz sentido un aliento en el cuello? Una presencia a tu  alrededor… o  mas de una? Una sensación de soledad aun estando en una plaza con gente alrededor… sensación que desaparece… al ver niños hamacarse y te tomas la mano con la persona que amas… si te ha pasado puede que sea mas complicado de lo que parece…

Paso un largo tiempo hasta que lo note… dieciséis años. Estoy viviendo en mi tercera casa, esta es la tercera mudanza y me siento muy cómoda aquí… me la paso escribiendo o dibujando sin embargo muchas veces me he levantado y mis cosas estaban en otro lugar… enojada devolví todos mis dibujos y demás a la carpeta, mi madre como siempre se quejaba de tener que limpiar tanto, la cantidad de polvo en la casa era demasiada para un lugar en el cual solo viven dos personas y un perro, igual intente no darle importancia… después de todo era raro que yo limpiara la casa. De vez en cuando estando en mi computadora con los auriculares puestos escuchaba sonidos a mi alrededor… pero al quitármelos no oía nada… me recordaba cuando en mi casa anterior de niña vi una mujer de cabello largo y negro cocinando… llevando la cena a alguien, solamente fue por un parpadeo; aun así es diferente… en ese momento sentí frío… pero ahora lo que siento es calor… calidez… mucha calidez en el hogar. Me quede pensando mucho en eso algo asustada… de pronto me sobresalte cuando aun escuchando a un volumen muy considerable oí algo caer! Era como.. como una radio o una televisión… algo mas o menos grande y con un sonido a quebrarse, me levante y fui hacia la cocina mientras mi perro le ladraba al suelo… pero no… no había nada… por alguna extraña razón no me dio miedo… Unos meses mas tarde en medio de una fuerte tormenta se corto la luz, y yo me senté en le sillón mientras mi madre iría a buscar velas y mi perro le perseguía, espere cantando… y luego sentí un ruido y un hundimiento a mi lado…como si alguien se hubiera sentado… sentí una energía cálida… y por curiosidad y un poco de molestia le dije… “vete de mi lado” y sentí como si esa presencia se parara y se fuera corriendo, escuche sus pasos irse y un grito hueco que pareciera venir de otro mundo… fue algo muy extraño…

En casa no tenemos espejos… mi madre les teme… pero yo tengo dos espejos de bolsillo y uno un poco mas grande y nunca he visto algo extraño… solía tener algunos muy grandes pero por alguna razón siempre se rompen, no me compraría otro para perder dinero en vano.  Una tarde  estaba tranquila escuchando música y esta pareciera entrecortarse, como si se estuviera mezclando con otra melodía, sin dudarlo mas pensé que se interpuso la señal de la radio… pero me vi obligada a irme de casa y salir ya que sentí un liquido frió caer en mi rostro y mi espalda, como si me salpicaran con agua…aun así mas tarde volví, y al día siguiente la sensación cálida había desaparecido… fue un largo tiempo hasta que una noche volví a sentir una calidez… un aliento  a mi lado… me gire hacia aquel lado y dormí con una sonrisa. No puedo mentir… siempre me han gustado las cosas macabras… siempre desee en convertirme en esos personajes eternos…extraños, esos asesinos… o tan solo seres que observan a la gente sin que puedan verlos… solo sienten aquella presencia… Me sorprendía que muchas cosas de las cuales escribía en mis historias sucedían, era algo fantástico… en invierno del año pasado una peste y una ola polar ataco mi ciudad… mas una extraña enfermedad de la cual nadie sabia…Yo, mi madre, y mi novio… junto a una niña sobrevivimos a esto… o eso es lo que yo pensé… la ciudad en la que paseamos… la casa en la que vivo… hace meses fueron abandonadas… fueron reconstruidas luego de una catástrofe… tarde en enterarme…
Tanto mi madre como esa niña… como yo… como mi novio… y esos niños que se hamacan en la plaza por la noche ya no estamos vivos. Nos encontramos en una franja que divide el mundo de los vivos y el de los muertos…seguimos creciendo, viviendo una vida normal, hasta que llegue nuestro momento de marchar. Sabia que algo era diferente, algo había cambiado… ¿Por que nosotros…justamente nosotros vivendo bajo tales riesgos? Al final… me convertí en eso que deseaba… ni humana ni fantasma… me encuentro aquí… y en todas partes… no puedo verte… pero te aseguro que se cuando te encuentras cerca mio… y puedo observarte… ¿Podrías sentirme? ¿Podrías verme?… te daría miedo? O es que tal vez… tu como yo perdiste parte de tu memoria y te encuentras en medio de la nada vagando… hasta que sea hora de tu muerte? Tranquilo… o tal vez tranquila… note haría daño… tan solo me gusta observarte y entrar en tus sueños… de esta forma lograrías ver lo que he visto… lo que viví… lo que veo… lo que vivo… lo que asecho… Me gustan los espejos… me gusta verme… ver mi nuevo rostro, mi nuevo ser… mira con atención a tu lado en el reflejo del espejo cuando sientas ese aliento helado… no te parezco hermosa? Dime… no quisieras parecerte a mi? te dolerá… pero no te preocupes… no recordaras nada…
Por cierto… espero que te guste mi pintura…