Mi experiencia jugando Libro Rojo


Perdón por el largo de la historia pero es una historia real y si la leen como se debe les aseguro que les dará tanto miedo como a mi cuando la vivi.

Siempre me ha encantado todo lo paranormal. Bueno, esta historia fue de hace aproximadamente un año cuando yo estaba por cumplir 17.

Mi amigos y yo (que llamaremos Roberto y Ana) siempre hemos sido muy unidos, nos gusta juntarnos en casas nosotros 3 a chismear y platicar de cosas paranormales mas que nada, un día nos juntamos en casa de Ana y estábamos muy aburridas, ya que Roberto tenia un examen al día siguiente y no quería hacer nada, yo (como siempre) sugerí hablar de cosas paranormales o jugar algo, en la casa de Ana siempre han asustado y como no teníamos nada a la mano dije: ¿Por qué no jugamos Mishanti? Ana dijo que si y Roberto ni siquiera nos hizo caso. Comenzamos a jugar y a hacer las típicas preguntas que hacen las adolescentes en Mishanti "¿Me quiere?" "¿Le gusto?", cosas así.
 Las cosas comenzaban a tornarse aburridas y de repente Roberto bajó el libro de química que estaba leyendo y dijo: ¿Por qué no se dejan de niñerías y juegan algo así como... libro rojo? (Roberto es una persona que esta muy familiarizada con lo paranormal; lee el tarot, ha jugado ouija y todas las cosas así). Ana y yo nunca habíamos jugado nada de eso y le preguntamos que teníamos que hacer y nos dijo: 
"Consigan un libro rojo y vengan" Estabamos en la terraza de casa de Ana que queda muy separada de la casa, así que fuimos a su casa y buscamos libros rojos, solo encontramos uno de refranes mexicanos y pensamos que ese estaría bien, se lo llevamos a Roberto y lo vio con cara de desaprobación: "Bueno, veremos si eso sirve", comenzamos a jugar Ana y yo y las respuestas eran claras, sin embargo con muchos rodeos ya que un libro de refranes de 15 paginas no te puede ofrecer muchas opciones, Roberto volvió a bajar su libro y nos dijo: "Vayan por un libro de verdad si quieren respuestas de verdad". Ana y yo nos dirigimos a casa de su abuelita que esta en el mismo terreno que la suya, y buscando encontramos un cuarto con libros antiguos, encontré un libro rojo y se lo enseñe, decía "Tesis de _______ sobre las artes" Era la tesis del abuelito de Ana, estaba lleno de palabras y supimos que ese nos serviría, bajamos de nuevo donde estaba Roberto y se lo enseñamos "Vaya, hasta que consiguen algo que vale la pena" tomo el libro entre sus manos y comenzó a orar algo en otro idioma, Ana y yo no nos sorprendimos ya que estamos acostumbradas a que haga ese tipo de cosas, nos lo dio y nos dijo que empezáramos a preguntar.
Me tocó hacer la primer pregunta, y como siempre he sido una cursi en busca del amor pregunte: "¿Voy a tener novio pronto?" El libro respondió con algo así "El amor y la belleza están en los ojos de quien mira, por lo tanto el que más los busca menos los va a encontrar" Se me hizo que respondió bien a mi pregunta así que seguí preguntando, luego de un rato volví a preguntar lo mismo y me respondió "Como se ha mencionado antes hay cosas que no se pueden apresurar, porque si se apresuran se pierde el sentido" Ahí se nos empezó a hacer raro y luego de otro rato pregunté de nuevo a lo que respondió "El hombre es necio y egoísta, busca su beneficio sin importar que el tiempo no sea el indicado" Al leer esa respuesta en voz alta Roberto abrió mucho los ojos y dijo: "Quiero jugar" dejo a un lado su libro de química y preguntó "¿Voy a ser alguien exitoso en el teatro?" El libro respondió "El hombre que se esmera triunfa en las artes", Ana y yo seguimos preguntando y luego Roberto preguntó de nuevo, a lo que el libro respondió: "La persona que ama el arte caminará sobre escenarios luciendo su mas grande talento". Las respuestas comenzaban a ser muy claras, demasiado especificas y Ana y yo nos asustamos, dije: "¿Podemos dejar de jugar ya?" y Roberto me dijo "Tienes que preguntarle al libro" Le pregunte al libro que si podíamos cerrar y dijo "La decisión esta en la persona que la toma" volví a preguntar y dijo "Cuando uno confía en lo que dicen los demás pierde la confianza en si mismo" El punto es que seguíamos preguntando y el libro nos decía en pocas palabras "como quieran". Decidimos cerrarlo y nos venimos los 3 a dormir a mi casa.
Llegamos a mi casa que es estilo mexicano, con el patio en el centro y grandes ventanas que dan hacia este, comenzó a oscurecer y estábamos en el comedor hablando de tonterías, cuando de repente Ana se pone pálida y nos dice "Volteen hacia el patio"
eso hicimos y vimos como varias sombras danzaban de un lado a otro del patio, por el techo de la casa, por todos lados, lo cual es imposible ya que para estar donde estaban tendrían que a ver entrado a mi casa por la puerta y haber pasado frente a nosotros. Nos asustamos y Roberto dijo: "Calmadas, ahorita se van, ignorenlas" Tratamos de hacer eso pero las sombras bailaban y se movían con mas fuerza haciendo imposible ignorarlas, de repente mi madre me gritó desde su cuarto "María, ven aquí AHORITA MISMO"sin saber que había hecho subí y a media escalera estaba ella, en pijama y con los ojos muy abiertos.
"¿Que hiciste?" Me pregunto enojada, yo le dije que no había hecho nada "¿Que jugaron?" Me quede helada ya que no había manera que mi mama se hubiera enterado que jugamos algo porque fue en casa de Ana, donde no había nadie. "Libro Rojo" le respondí "¿Cómo sabes?" Me vio y me dijo "¿Ya te asomaste al patio?" Solo asentí con la cabeza "Algo me despertó, me susurraron al oído algo que no entendí y al abrir los ojos el cuarto estaba lleno de sombras" (Mi mama siempre ha sido muy sensible a lo paranormal ya que provenimos de una familia gitana) "Haganme el favor de rezar" y se subió sin decir mas. Baje asustada con Ana y Roberto y les conte lo que había pasado, se sorprendieron que mi mama se hubiera enterado pero hicimos lo que dijo, prendimos un cirio bendito y nos pusimos a rezar agarrados de las manos, de repente la llama del cirio creció unos 15 cm y comenzó a bailar violentamente poniendose horizontal hasta tocar los bordes de la veladora, nos austamos pero no dejamos de rezar, a Roberto de repente se le olvido como iba el Padre Nuestro y se lo recordamos, luego a Ana se le olvido el Ave Maria y yo no podía contener la risa, veíamos como las sombras se iban moviendo mas rápido y cerramos los ojos, acabamos de rezar y no quisimos ver si las sombras seguían ahí, pero el cirio no se calmaba, de repente luego de aproximadamente 30min el cirio se calmo y Roberto volteo al patio: "Sigue una, pero no se mueve" Sin decir más nos subimos a mi cuarto y nos acostamos los 3 en la cama, todos juntos por el miedo, cuando apagamos la luz comenzamos a oír pasos dentro de la habitación "¿Estan tus perros adentro?" Me pregunto Ana "No, están con mis papás" Hubo un silencio largo ya que los 3 sabíamos que no estábamos solos pero nadie se atrevía a decirlo, los pasos seguían por toda la habitación, yo tenia los ojos cerrados y sabia que ellos también. "Si abrimos los ojos lo vamos a ver" dijo Roberto. "Si" dijimos Ana y yo al mismo tiempo. Comenzamos a platicar para librarnos del miedo y sin darnos cuenta nos quedamos dormidos. Sin duda una de las peores noches que hemos pasado, nunca volveré a jugar nada así.

 Escrita por: mariabe

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