Nunca respondas a ellos

Esta es una historia que me contaba mi Madre, se remonta en 1965, Ella la comenzaba diciéndome que una madre soltera y su Hija de alrededor de los 12 años, fueron invitadas por los Abuelos de la pequeña a sus 40 aniversarios de casados, la Madre quien se encontraba muy atareada y francamente no se la llevaba muy bien con su Padre, decidió que la niña fuera sola a dicha cena.

La pequeña se la paso muy bien y sus Abuelos estaban muy felices de que ella los acompañaran pero a la vez molestos con su Madre por haber tenido el atrevimiento de no asistir. Ya eran altas horas de la noche así que se dispusieron llevar a la niña a su casa, al llegar el Abuelo aparco el coche y se dispuso a entregar a la niña a la puerta de la casa, se percataron que algo andaba mal, así que hicieron esperar en el coche a la niña, pero no les hizo caso y fue atrás de ellos sin que lo notasen, para así ver qué pasaba, al entrar a casa no pudieron con lo que vieron, su Abuela grito horriblemente al ver a la madre de la niña, tendida en el suelo de la sala, los muebles y objetos estaban de cabeza, ella yacía muerta, estaba con una expresión de pánico y horror en su rostro, la cual nunca pudo olvidar, había una nota a su lado llena de sangre escrita por ella la cual decía "nunca respondas a ellos", la pequeña quedo hay sin escuchar nada ni nadie viendo a su Madre fijamente sin poder hablar o expresar algo, mientras sus Abuelos con desespero, le sacaban de ahí para llamar a la Policía, se abrió un caso, el cual no tardó mucho en cerrar por falta de evidencia, los forenses declararon muerte súbita imprevista al no tener explicación.

Luego de ese suceso tan trágico la niña se tuvo que mudar con sus Abuelos, quienes quedaron a cargo de la pequeña, sus Abuelos vivían en una casa humilde, en lo que fue una urbanización militar, la cual estaba casi deshabitada a ellos les encantaba vivir ahí ya que a su edad les gustaba la tranquilidad y el silencio de dicha zona, puesto a que no tenían vecinos cerca, ya habían pasado 2 años desde entonces, la niña ahora tenía 14 años.

Una noche tuvo una pesadilla se despertó y bajo a la cocina por agua, al subir se asomó por su ventana y vio a una chica vagando por las calles, miro el reloj y eran las 3:33 de la madrugada, ¿qué extraño que hacia alguien tan tarde por ahí? se preguntó la pequeña, pero sin darle más importancia se fue a dormir, a la mañana siguiente les comento a sus Abuelos, a lo que respondieron que seguro había sido una pesadilla o cosas de su imaginación, tiempo después ya sus abuelos la dejaban sola cuando salían, estaba grande y podía cuidarse sola, ella se encontraba en la sala viendo la televisión cuando de pronto escucho su nombre;

- ¡Elizabeth...!


¡¿Pero si estoy sola?! (pensó), sus abuelos habían ido de compras, se asustó e ignoro la extraña voz, pasadas las horas, se decidía a dormir, ya en cama, escucho como de nuevo le estaban llamando, pero esta vez respondió como si hubiese sido su abuela aunque ella había salido con sus vecinos tal vez decidió llegar más temprano, o eso quiso pensar.

- Dime Abuela. - No escucho nada a su respuesta, así que volvió a decir lo mismo pero esta vez mas fuerte-

-¡Dime Abuela! -

Al no tener una respuesta, bajo a buscar si había alguien en casa, se asustó aún más al notar que no había nadie, que su abuela no había llegado, subió corriendo al cuarto de sus Abuelos y tomo un bate, se quedó en el cuarto de sus Abuelos, mientras anotaba todo en un diario, así ellos sabrían que no fue una pesadilla y podían creer en sus palabras.

"Diario: volví a escuchar esa voz, que me llamaba, a la cual le volví a responder, necesitaba saber que estaba pasando, tenía mucho miedo, cuando de pronto escuche pasos correr hacia mi cuarto, salte de la cama de mis abuelos y me asuste, la puerta comenzó a abrirse lentamente, grite y me levante, me asome a al pasillo y no había nada ni nadie, comencé a llorar frustrada, intente llamar a mis Abuelos pero el teléfono no sonaba, era como si estuviese desconectado, a través del teléfono en mi último intento desesperado por hacerlo funcionar volví a escuchar mi nombre, lance el teléfono y corrí a mi cuarto tranque la puerta y me aferre bajo mi sabana, escuche la puerta de la casa, unas llaves como si mis Abuelos hubiesen llegado, escuche mi nombre nuevamente.

-¡Elizabeth...!

-¡Abuelos! - respondí aliviada pensando que habían llegado

Baje corriendo las escaleras y mi sorpresa fue, que no había nadie, ¡oh dios! no paraba de llorar subí de nuevo a mi cuarto temblorosa, y con mucho pánico, al llegar ahí, la vi, era la viva imagen de mi abuela, pero no era ella, lo sé por esa mirada vacía y llena de odio, y lo supe aún más cuando me dijo "jamás respondas a nosotros" , se desvaneció las luces comenzaron a parpadear en toda la casa y los objetos y muebles a moverse de un lado a otro, yo no paraba de gritar asustada

-¡tengo tanto miedo!, ¡quiero a mis Abuelos! ¡¿qué está pasando?!"

La cama comenzó a temblar bruscamente y fue ahí cuando esa cosa que tomo la forma de su abuela casi acaba con ella empezó a jalar la de los pies, ella se aferraba a su cama, mientras gritaba y lloraba, de pronto la puerta de la entrada abre de golpe y se escuchan pasos corriendo por las escaleras y la puerta de su cuarto abre bruscamente, era su abuela; aquella cosa que había tomado la forma de su Abuela desapareció, la abuela abrazo a la pequeña quien estaba muy asustada, junto a ella estaba el diario con toda su experiencia, por suerte no murió como su madre, le contó todo a su abuela, quien le explico que aquella cosa era un alma que se aprovecha de eso para alimentarse de quienes le responden, y la única forma de que no te lleve con ella es que aparezca la persona real, así pierde la forma de lo que materializo, la pequeña más nunca volvió a responder cuando escuchara su nombre estando sola.
solo puedo decir, que tal vez muchas de nuestras Abuelas o Madres tengan razón, si alguna vez escuchas que te llaman, no respondas, puede que eso sea lo que sea tome la forma de tu ser querido y acabe contigo, si no pregúntale a mi madre, quien tuvo la dicha de sobrevivir esa noche gracias a su abuela y contarme esto hoy en día.

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