El Callejon del Aguacate. (Leyenda)

La leyenda del Callejón del Aguacate, se remonta a la época de Lázaro Cárdenas en la que se cuenta que un militar frío y solitario que vivía sobre el callejón, daba la vuelta por este lugar percatándose de la presencia de un niño que anhelaba jugar con él porque le atraía su uniforme. El militar se molestaba por esto y un día ante la insistencia del niño, lo golpeó brutalmente llevándolo hasta el árbol que se encuentra en una esquina atrás de la virgen y lo ahorcó en el árbol.

Un monje que vivía en un Claustro en el callejón, fue testigo del hecho desde su ventana. Actualmente se dice que se oyen los gemidos y la presencia del niño y su rostro se dibuja en el tronco del árbol. Mientras que muchos aseguran que la virgen que está en la esquina del callejón, llora  sangre a las 12 de la noche.


 Pero la leyenda no se detiene ahí , sino que sigue con varias historias de terror que sucedieron después…  En una casa abandonada del callejón, hay según se dice, un fantasma, que lanzó una maldición a tres jóvenes que entraron en busca de un tesoro. En otra de las casas se reunían personas importantes del gobierno de Lázaro Cárdenas, a practicar magia negra y a jugar con la ouija, que les dijo que se iban a traicionar fatalmente. El dueño del inmueble se adelantó a los hechos y mató a los señalados por la ouija.  Otra historia cuenta que un señor que también practicaba la ouija, terminó matando a toda su familia y enterrándolos a todos ahí en el callejón; luego se quitó la vida. También se dice que recientemente, una niña de 7 años, fue atropellada en el callejón, el diablo le ofreció salvarla con un pacto, pero en realidad se la llevó a otra dimensión… Su espíritu se aparece en pena entre 2 y 3 am…

Satán, ayudado por las almas en pena que sufrieron en el callejón, se aparece en las noches más oscuras intentando atrapar y maldiciendo a los incautos. Gritos, aullidos y el arrastrar de cadenas, son algunas cosas que se oyen, mientras que algunos han visto el espíritu de una mujer parada en una ventana de una de las casas. El misterio ha perdurado por muchos años en este lugar enigmático. La gente que va por curiosidad, se arriesga a la maldición de que sus mentes sean engañadas y que el mal se apodere de ellos haciéndolos una víctima más.

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