TRÁGICA HISTORIA DE MORI HIKIKO (Leyenda)


Mori Hikiko era una joven-cita de alguna parte de Japón cuyos padres la hacían víctima de maltrato infantil,razón por la que concurría a las clases con señales de golpes en su rostro y cuerpo.
Sus compañeros, lejos de solidarizarse con ella,la despreciaban y la hacían objeto de sus burlas.Sus maestros,en lugar de ocuparse de ese grave problema,fingían no notar nada extraño.Llama la atención,que en una sociedad con estándares de cumplimiento y corrección sociales cómo el Japón haya sucedido un hecho de tamaña gravedad,pero según la leyenda,ha sido así.
Mori Hikiko deambulaba entre la escuela y su hogar sin hablar con nadie,sin que nadie se aviniera a hacer amistad con ella,y ante la indiferencia o crueldad de sus padres,quienes descargaban en ella sus frustraciones cotidianas.Si no estaban enfadados con ella,simplemente la ignoraban.
La desgracia comenzó a desatarse una tarde en que encontró un pequeño gato vagabundo en los alrededores de la escuela. Lo adoptó cómo mascota y se sintió muy feliz,luego de tantos y tan largos años de soledad,de tener por fin un compañero.Cómo sabía que sus padres se negarían a dejar entrar un animal en la casa,consiguió una caja para que hiciera las veces de hogar de su mascota y le procuró alimento diariamente.
Para que sus maullidos no alarmaran a sus padres o a sus vecinos,escondió la caja en un lugar apartado,en cercanías de la escuela.Por un tiempo,Mori estuvo contenta con su suerte.
Eso se notaba en su forma de vestir y en su talante,durante las clases.Casi nadie le prestaba atención,por lo que pocos notaron el cambio.
Sin embargo,hubo dos compañeros de clase que se preguntaron que era lo que le sucedía a esa joven,habitualmente tan tímida y retraída que soportaba en silencio las burlas de sus compañeros.Decidieron seguirla una tarde al finalizar las clases.
Cuando,una vez más,Mori se reencontró con su gatito para llevarle alimento y ponerse a jugar,los malvados muchachos planearon de nuevo propinarle un disgusto. Al día siguiente,llevaba su alegría al encuentro con su mascota,cuando advirtió que el gato no estaba en la caja, ni se lo veía u oía por los alrededores. Mori se desesperó. Buscó afanosa mente por todas partes,pero sólo halló una nota que decía que si quería volver a ver a su gatito,debía ir inmediatamente al aparcamiento en dónde los maestros y profesores estacionaban sus automóviles. Mori acudió corriendo. Al llegar, vio a sus dos compañeros escondidos junto al automóvil del maestro de la clase a la que concurrían.En sus manos tenían al gato. Mori rogó que se lo devolvieran,pero por toda respuesta,y sonriendo malignamente,los muchachos ataron al gato a la parte de atrás del automóvil del profesor justo en el momento en el que éste se disponía a subir al vehículo,sin advertir lo que estaba pasando frente a sus narices. Arrancó su automóvil,pero antes de que pudiera ponerlo en marcha,Mori se había aferrado a la cuerda que ataba a su gato.
Fué arrastrada durante varias cuadras antes de que alguien notara que el maestro llevaba una niña colgando de su automóvil. Cuando se detuvo y varios transeúntes se dispusieron a ayudarla,ya era tarde.
El animalito había sobrevivido,pero Mori,en su esfuerzo por salvarlo,había golpeado demasiadas veces contra el pavimento.Estaba muerta. Transcurrieron varios meses.
Un día los dos muchachos que habían atado al gato de Hikiko al automóvil del profesor,y que nunca habían confesado su culpa,faltaron a la clase. Cuando la escuela se comunicó con sus padres,éstos dijeron que habían salido temprano hacia el establecimiento.
Se organizó una búsqueda. Fueron encontrados muertos en el estacionamiento de la escuela,donde habían atado al gato de Mori al automóvil del profesor. Habían sufrido tal golpista que los cadáveres sólo eran reconocibles por el uniforme de la escuela. Ese mismo día,las autoridades hallaron los cuerpos de los padres de Mori en su casa.
Estaban muertos a golpes. Convertida en un muerto viviente,alimentado por la sed de venganza del espíritu de la mujer vengadora,Mori Hikiko protege en el Japón a los niños que son maltratados por sus compañeros o sus familiares,y a los niños que tienen por mascota un gato.
Hay quiénes afirman haberla visto,caminando lentamente,con las señales de golpes y maltratos,y de haber sido arrastrada por un vehículo,por las noches del Japón,VIGILANDO QUE LOS MATONES RECIBAN SU CASTIGO

El fantasma respuesta (Ritual)


Para jugar el juego necesitas 10 personas con 10 teléfonos móviles.
Paso 1: reunir a 10 personas en un círculo suelto. Cada persona debe tener el número de la persona a su izquierda en su teléfono.
Paso 2: Contando hasta 3, cada persona debe presionar el botón de llamada para llamar a la persona a su izquierda.
Paso 3: Todo el mundo pone su teléfono en su oído y escucha.
Ya que todo el mundo está llamando a todo el mundo al mismo tiempo, todos los teléfonos deben estar ocupados. Nadie debe recibir una respuesta.
Sin embargo, lo que va a suceder es que una persona va a encontrar que su llamada se respondió misteriosamente y se oirá una voz en la otra línea.
Esta es el "fantasma respuesta".
Cuando usted está en el teléfono con el hombre respuesta, puedes preguntar lo que quieras. Él contestará cualquier pregunta que le formule.
Sin embargo, después de que él le da su respuesta, tendrá una pregunta para usted. Dicen que, si responde a su pregunta de forma incorrecta o no es capaz de proporcionar una respuesta, una mano grande y nudosa aparecerá en el teléfono y arrancará una pieza de su cuerpo.
El fantasma se dice que es de  un niño que nació deformado y sin brazos ni piernas y que recolecta partes humanas de otros para convertirse en humano.

Capitulo uno: sofia

Debo advertirte que hagas lo que hagas nunca intentes buscar este juego del infierno.
Mi nombre es Damián y siempre me gustaron los juegos de horror pero ninguno me atemorizaba lo suficiente pasaba gran parte de mi tiempo buscado y jugando juegos de este tipo como slender-man, hotel 626, Silent Hill, Dead space, etc.
Mi extraña adicción me llevo a buscar juegos de este tipo en la deep web. No me gustaba entrar por todas las cosas bizarras y raras que se encontraban en este sitio, pero era el sitio ideal para encontrar lo que buscaba. Tras largas horas de buscar en múltiples paginas bastante perturbadoras encontré juegos bastante peculiares, pero ninguno era lo que yo buscaba, luego de unos clics termine en una pagina satánica en la cual publicaban un juego llamado “Evil Creepy”. En la descripción decía que era un juego en el cual se reunían todas las creepypastas y sus respectivos personajes. Sin pensarlo di clic en el enlace para descargarlo pues las creepypastas siempre me avían dado mucho miedo y pensé que este juego seria perfecto. No saben cuanto me arrepiento de descargar ese maldito juego. cuando la descarga empezó vi que tardaría 12 horas y que pesaba 15 gigabytes, pensé que era solo un virus que destruiría mi computadora pero tenia demasiada curiosidad y comencé la descarga. Deje mi computadora prendida me di un baño para después ir a la escuela como de costumbre. Cuando regrese mi pc seguía prendida y vi que la descarga ya estaba por terminar faltaban solo 10 minutos cuando la descarga termino instale el juego apague las luces, subí el volumen de mis bocinas y comencé a jugar.
El juego empezó normalmente apareció directamente el menú con un fondo oscuro y cuatro opciones color azul eléctrico:
“Juego nuevo”
“Cargar”
“Desafíos”
“Diario de muerte”
Algo me decía en mi interior que dejara de jugar (que algo andaba mal) pero lo ignore y me puse a curiosear, di en desafíos pero esta opción estaba vacía y solo avía una foto de una mujer deforme mirándome fijamente, me inquiete un poco pero no me asuste. Acto seguido di en diario de muerte este apartado igual que el anterior estaba vacío y tenia la imagen de una vieja libreta  de fondo. Volví al menú y di en juego nuevo. este me mandaba a la opción de elegir dificultad avía tres de estas.
“Explorador”
“Cazador”
“Presa”
Di en la opción de Cazador y apareció un advertencia que decía “Una ves que entres puedes morir o ir al infierno”.  Pensé que era solo una broma de los programadores y di en aceptar.
El juego comenzaba con un video este mostraba a una familia de 4 integrantes los padres un hijo de unos 17 años y una niña que parecía ser su hermana de unos 12 años, los padres discutían con la pequeña le decían que no podía salir sola y menos a esas horas. Después de una larga discusión la niña se levanto dijo que los odiaba que ellos fueran sus padres y se encerró en un cuarto y su madre empezó a gritar:
-Sofía, Sofía
Una y otra ves .De pronto se escucho un estruendo y el crujir de la madera en el cuarto donde Sofía se encontraba, sus padres y su hermano fueron corriendo pero cuando abrieron la puerta vieron a una horrible criatura humanoide con las cuencas de los ojos vacías, completamente desnuda. Pero lo mas horrible y atemorizante es que tenia una especie de implantes en las manos en forma de cuchillas de almenos 50 cm. en ambos brazos. Los padres de Sofía se quedaron en shock mientras la criatura se mantenía inmóvil incada frente a Sofía el mounstro miraba fijamente a los padres y lentamente empezó a levantar su brazo amenazante Asia el rostro de la niña pero la madre grito le  fuertemente a la criatura que la dejara en paz este lanzo un aullido al aire que casi destruye mis tímpanos después tomo con la boca a Sofía y salió por un ventana los padres vieron como la criatura se perdía entre los arboles asta finalmente desaparecer.
Su hijo les comento que debían ir a buscarla pero ambos enfurecidos le gritaron que no y le dijeron que su hermana ya estaba perdida, el joven siguió insistiendo pero solo se gano un golpe en la cara de parte de su padre que dijo:
-Cállate idiota se ha ido para siempre ahora ve a dormir John
El pobre John llorando se dirigió a otro cuarto  y empezó a sollozar. El juego asta el momento iba muy bien pero no entendía por que no querían ir a buscarla a caso el bosque estaba maldito se me inundo la cabeza con teorías descabelladas y raras. Después de 30 segundos de llorar John dijo que tenia que ir a buscarla el mismo tomo una mochila salió de su cuarto y mientras sus padres lloraban en el cuarto de sofia  tomo una escopeta que reposaba sobre la chimenea y salió rápidamente por la entrada principal se interno en el bosque y saco una linterna de su mochila pero se escucho una vos que le dijo Una ves que entres podrás morir o ir al infierno John grito fuertemente que no le importaba y siguió su camino y aquí comenzaba a jugar. la cámara era de tercera persona tipo dead space y yo controlaba a John. Como objetivo principal aparecía encuentra a Sofía, los gráficos eran muy buenos bastante realistas en realidad se veía como un juego de consola lo cual me emociono pero un desgarrador grito me puso la piel de gallina venia detrás de unos arbustos ilumine el lugar con la linterna y pude apreciar a un hombre correr s detrás de los arboles con un poco de miedo me acerque a esos arboles que ya estaban muertos y solo se veían largas ramas sin hojas, escuche un crujido detrás de mi y entonces lo vi tenia de almenos 3 metros con un traje negro, tenia una especie de patas parecidas a una tarántula en la espalda con las cuales se apoyaba y un rostro completamente liso sin ojos nariz ni boca  solo estaba allí entre los arboles. Intente dispararle con la escopeta pero no tenia municiones de pronto John empezó a gritar y empezó a correr por si solo intentaba escapar de aquella cosa entonces cayo y en ese mismo momento yo sentí como si me hubieran tirado de un segundo piso estaba adolorido y mi nariz sangraba intente poner pausa pero era inútil no se podía, cuando estaba por levantarme John grito “no te vallas no me dejes aquí” en ese instante sentí un miedo que nunca antes avía experimentado no podía moverme, sentía frio y la idea innegable de que alguien estaba detrás de mi observándome cuando logre recuperar el control de mi cuerpo  me voltee y en la ventana estaba esa criatura sin rostro se mantenía inmóvil acerco lo que parecía ser un tentáculo a la ventana y empeso a dibujar algo en el cristal  era una x con un circulo. Casi podía ver una mueca burlona es su cara. Mi cerebro no podía procesar lo que estaba pasando de pronto John volvió  a gritar y dijo ayúdame a levantarme o ambos moriremos sin mas que aser  tome el mouse y empecé a clicear sobre John ise que corriera asta una cascada pero resbalo y cayo seti un fuerte dolor en el pecho y en la cabeza. Rápidamente voltee y esa criatura se avia ido.
John se incorporo en el agua mal pixeleada  y dijo es tu culpa si no hubieras jugado esto no pasaría pero vas a ayudarme a encontrar a mi hermana o me matare y si yo  muero tu también mueres. Me quede en shock y le pregute que como podía terminar con esto, a lo que el respondió “la única forma es encontrando a mi hermana y terminando el juego” después de meditarlo y tratar de razonar con el llegamos al acuerdo de que encontraríamos a su hermana el acepto y me devolvió el control avanzamos unos 50 metros y encontramos una cabaña con luz. John me dijo que era de un guardabosques llamado Víctor, nos  dirigimos Asia la cabaña solo para encontrar el cadáver desfigurado y destripado de el pobre Víctor John empezó a sollozar e intente tranquilizarlo después de un rato exploramos el cadáver de Víctor alguien avía tallado una sonrisa diabólica en su rostro y escrito en las paredes con sangre Víctor ahora duerme y debiste dormir. (esto me traumaría por el resto de mi vida). Entre las cosas de Víctor encontramos un rifle con tan solo un cargador de 6 balas salimos de allí lo mas rápido que pudimos pero antes de salir vimos a lo lejos a un chico con una sudadera blanca adentrarse en el bosque.
Checkpoint—-

Una Pistola Sin Balas ︻┳═ 一


Era hora de tomarse su medicamento, pero el sabía mas que bien como para hacerlo.
Hacía ya algunos años el doctor del hospital Sherwood habia revisado el caso de William  Cooper y determinado que el pobre hombre sufría de esquizofrenia y que con el paso del tiempo esta terminaría robando cualquier vestigio de sanidad que William poseyera.
William había llevado una vida plenamente normal y plácida. Tenia 45 años y estaba casado con la mujer que había robado su espíritu y corazón desde hacia ya veinte años, veinte largos y felices años que dieron lugar a un hijo y una bella familia. Pero todo eso quedo en el pasado en cuestión de minutos.
Un sueño lo sacó de su cama. Cooper se levanto por un vaso de agua a la cocina para calmar su sed y poder relajarse un rato y olvidar la pesadilla que había tenido. El doctor le advirtió que debía tomar su medicina cada 16 horas durante quien-sabe-cuanto tiempo para que el proceso fuera como un paseo en el parque. Pero William era mas que eso, el sabia de corazón que la medicina era específicamente creada para controlarlo y hacer que muera mas rápido, sabia que si la tomaba, poco a poco perdería sus fuerzas y cuando llegara el momento no seria capaz de defenderse. Mientras llenaba su vaso con agua de su botella le pareció escuchar murmullos provenientes de la sala. Lentamente puso su vaso en la mesa y se escabulló hasta donde pudiera escuchar mejor la conversación. Aunque no podía ver a nadie ahí, podía escucharlos.
-Es un gran peso para nosotros-
-Lo se, debemos deshacernos del el, nadie lo aguanta en esta casa ya…pero, como planeas hacerlo?-
¿Era acaso posible que su propia familia estuviera planeando matarlo?¿Porque? Si bien el era alguien que necesitaba(según la familia,el siempre se sentía capaz de hacer todo por el mismo) ayuda de los demás y dependía de su esposa e hijo, no creía merecer morir y mucho menos a manos de la familia que el adoraba. O tal vez ya no tanto.
-Aquí mismo, tal ves la semana que entra puesto aún no contamos con el dinero suficiente como para pagar el trabajo-
-Muy bien-
Así que esa era la forma en la que todo seria. Contratarán a alguien para asesinarlo y salir con las manos limpias porque si el muere su familia cobrará el seguro medico y el trabajo les pagará pensión. Oh si, ellos planean vivir como reyes a costa de el mismo y eso es algo que no planea permitir. Antes no le hubiera importado dar sustento a su familia y ni siquiera que ellos gastaran su dinero, pero todo esto cambia en el momento que uno es traicionado. Era guerra con lazos de sangre.
Por el momento William actuaría como no saber nada. Tal ves el doctor pensaba que el era ‘‘esquizofetámo” o como le llamen a esa cosa, pero el no era un idiota, aun sabia actuar.
3 días después
Esa noche Cooper tuvo problemas para dormir, no podía encontrar una posición cómoda para descansar un cuerpo golpeado duramente por la vida, el trabajo y una condición degradante. Pero también ese era un gran día para Cooper, hoy terminaría lo que su familia había empezado.
La noche anterior fue de tour por la ciudad donde adquirió un arma pequeña de un hombre cual no sabia su nombre, simplemente lo contactó y compró el producto. Al llegar a su casa un fuerte dolor de cabeza lo atacó y empezó a verlos como lo mataban, tuvo una premonición y vio a su hijo sosteniendo un cuchillo frente a el, vio como su esposa, con una copa de brandi en la mano, lo observaba con una sonrisa dibujada de oreja a oreja y urgiendo a su hijo que acabara pronto, el dinero no podía esperar un segundo más.
Extraño es que cuando el dolor de cabeza y la premonición terminaron William Cooper se encontraba en una cama de hospital con las manos atadas a la cama y una sábana blanca gentilmente sobrepuesta. Trató de gritar y de safarse pero fue inútil pues una enfermera entro a la habitación y le inyectó un liquido espeso por la intravenosa. Antes de regresar a la realidad dio un ultimo vistazo a la habitación del hospital y en una esquina del cuarto estaba su esposa con una mirada demacrada, cansada de tanto llorar y esperar. La falta de sueño la tenia sufriendo y con un par de ojos rojos conecto con los de Cooper. ”La puta pensó que había muerto y seguro fue por el dinero. Triste esta de verme vivo”.
Cuando abrió los ojos eran las cinco de la mañana y estaba en su cama usual de su casa, nada de hospitales ni enfermeras, tampoco de rameras mentirosas. Ese sueño fue lo que necesitaba para tomar valor y matar a los animales antes de que ellos lo mataran a el.Tomó su pistola y la cargo con 5 balas,la metio bajo su camisa y  bajo las escaleras donde su esposa estaba preparando el desayuno en la cocina.”Seguro esta envenenado” pensó. Lizzie era su nombre. Era.
-Hola cariño, despiertas temprano para el desayuno, ¿como te sientes hoy, tomaste tu medicamento?
-Si, si.. justo antes de venir hacia acá abajo- Es seguro que extrañaria a esta mujer que lo acompaño durante tantos años, la mujer de la cual estaba profundamente enamorado, pero asi es como las cosas debian ser.- Cariño..hay algo que tengo que decirte antes de desayunar-
Lizzie se quito su delantal y lo colocó sobre la mesa, doblado a un lado del pan tostado que había preparado, y con una sonrisa respondió: -¿Que sucede?-
-Dime, ¿Que pensabas hacer con mi seguro médico?-
-¿Que? ¿De que est- Antes de que Lizzie terminara de hablar, William sacó el  revolver de su camisa y la apunto contra la cabeza de su mujer. Pero el arma era demasiado pesada y el primer disparo que sonó acertó en el vientre de su esposa. Un sonido hueco y a la vez como si un trapo grande y mojado golpeara el suelo resonó en la casa, la sangre que escurría de su estomago venia acompañada de un liquido transparente que salia del gran agujero que la bala perforó. Los pasos de las escaleras venían acompañados de un grito de terror del hijo de Cooper, Johnny.
William, con lagrimas saliendo de sus ojos mientras veía el espectáculo que el mismo había empezado, se arrodillo en frente de su esposa y llorando le suplico perdón, pero tenia que hacerlo.
-T-tu misma te provocaste esto…tu eres la que d-debió haberme matado antes- Cooper se ahogaba de memorias y lagrimas mientras el nudo en su garganta se tensaba y la pistola empezaba a pesarle más y más. -Tu m-misma provocaste tu muerte y la de nuestro hijo-
Se puso de pie y apretó el gatillo que esta vez se sentía más ligero, mas inexistente. El ruido que la bala provocó al penetrar el cráneo de Lizzie hizo que Cooper cayera al suelo tapándose los oídos sin ser capaz de bloquear el dolor, la agonía que sentía y que cada vez lo paralizaba mas y mas. Escuchaba voces lejanas hablando un idioma que el no entendía pero a medida que escuchaba con atención reconoció voces y poco a poco vio sus caras. ”¿Esta bien?”, ”¿Cuando cree que sea posible verlo?”, ”Pronto…estarás con nosotros”.
William abrió los ojos cuales sentía pesados y con un lento movimiento trató de levantar su arma, pero esta era mas pesada de lo que había sido antes. Se puso de pie mientras todo a su alrededor daba vueltas y parecía que el techo se caería encima de el, levanto el arma y disparo a su hijo que estaba en shock al pie de las escaleras. El primer disparo lo impactó en el brazo izquierdo y el chico emitió un grito de dolor profundo, Cooper sentía que se desmayaba, sentía que en cualquier momento golpearía el suelo y no se despertaría más. Cada que pestañeaba veía ese cuarto del hospital de sus sueños. Tan limpio y cuidado. Tan surreal que desearía poder estar ahí y acabar con esto de una vez.
El segundó disparo golpeo al adolescente en el pecho y lo único que se escucho después fue como su cuerpo azotó enfrente de el y vio la sangre fluir por la alfombra que recién había sido colocada el mes pasado.
Con lo último de su consciencia levanto un arma que nunca estuvo ahí, y presionó un gatillo que nunca existió, solo para ver como su mente enferma le jugó una gran broma.
William Cooper, de 47 años de edad despertó del estado de coma que le provocó un gran golpe en la cabeza hacia ya 2 años, después de alucinar una conspiración de asesinato producto de su esquizofrenia. Cooper no tomó nunca su medicamento y la enfermedad solo empeoró hasta el punto que se convenció así mismo que su familia planeaba matarlo. Al llegar de comprar un arma ilegal tropezo con los escalones de la puerta principal, sufriendo un golpe en la cabeza que termino siendo la cereza del pastel.

Espejo...


Hay una figura oscura en la cocina.
La misma figura oscura que te ha estado acechando las últimas cuatro noches.
Va de un lado a otro, abriendo cajones y haciendo ruido con cada movimiento, como si quisiera ser descubierto.
Abre un último cajón y extrae un cuchillo. Lo observa por largo rato, esperando tal vez que alguien atraviese la puerta de la cocina y se lo arrebate de las manos.
Pero eso no sucede.
Apretando el cuchillo con tal fuerza que sus nudillos se tornan blancos, sale de la cocina. Camina escaleras arriba, la madera cruje bajo sus pisadas, pero nadie más que tú la escucha.
Mira hacia el final del largo corredor que lleva a la habitación de tus padres y sus pies descalzos hacen camino hasta encontrarse frente a su puerta.
Con su mano libre sostiene la perilla, y por un instante parece dudar. Sus delgados dedos, cerrados sobre la fría superficie de la perilla, se mueven con nerviosismo. Finalmente, abre la puerta con cautela y se interna en la habitación.
Observa todo a su alrededor, su silueta se ve diminuta en ese lugar. Se acerca con sigilo a la orilla de la cama sobre la que tus padres están sumidos en un sueño profundo.
¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Acaso piensas asesinarlos?!
La figura no hace ningún movimiento, no intenta siquiera levantar su cuchillo, sólo está ahí, observando.
Da la vuelta y se dirige al baño que hay dentro de la habitación, y tú la sigues de cerca. Cuando entra, no cierra la puerta, tampoco enciende la luz. Se coloca frente al espejo, iluminado únicamente por la luz de luna que se filtra por el pequeño tragaluz del techo.
Lo observas de pie y recorres su rostro con la mirada.
Ojos sin brillo y piel pálida. Se ve delgado y viste una pijama desgastada. De alguna forma sabes que lo has visto antes, pero no lo reconoces.
¿Quién eres?
Su expresión cambia al reparar en tu presencia, parece furioso.
Levanta la mano con la que sostiene el cuchillo y sientes el filo contra tu piel. Un hilillo de sangre escurre por tu cuello, manchando tu pijama.
¿Vas a matarme?
―No ―responde, mirándote directo a los ojos, y entonces lo ves realmente por primera vez―. Tú vas a acabar conmigo.
Separas el cuchillo de tu cuello y lo clavas en su garganta. Ves la sangre salir a borbotones por su boca y salpicar los mosaicos del baño.
Ésta fue la última noche.
Levantas la cara y lo ves por última vez mientras se entrega a los brazos de la Muerte. Ves tu reflejo en el espejo, siempre observándote. Sus ojos, iguales a los tuyos, y su sonrisa cínica, la misma con la que le sonríes.
La figura cae sobre el suelo del baño con el cuchillo clavado en su garganta, y lo último que ves es tu sangre encharcada alrededor de tu cuerpo inerte.

MR. MIX (El Juego Maldito)


¿Alguien recuerda un viejo juego de PC de la década de 1990 llamado "Mix señor?'' Es principalmente un juego que mecanografía, similar a Mario enseña mecanografía, donde usted tiene que escribir las palabras en una caja para hacer un chef (el titular Mix Sr. ) poner los ingredientes en un tazón.
A diferencia de la mayoría de juegos de escritura, sin embargo, este juego es famoso por tener una curva de dificultad demencial. El juego tiene un "palabras por minuto" requisito para cada nivel, al ser tan bajo como 10 en el nivel uno y un máximo de 85 en el tercero. Por nivel cinco, el requisito llega a más de 500, por lo que es efectivamente imposible seguir adelante.
Una de las principales cosas que la gente cuenta sobre este juego, inmediatamente fue la música de fondo. La música en el primer nivel era un patrón inquietante de gruñidos que iba haciéndose cada vez más fuerte como el nivel continuó, a menudo causando daños en los altavoces del ordenador primeros que no fueron diseñados para manejar volúmenes muy altos de sonido.
El segundo nivel tenía ninguna música en absoluto, y el tercero tenía lo que parecía ser una grabación de muy baja calidad de un secador de pelo que juega en el fondo. Los otros dos niveles tenían una muy fuerte y agudo zumbido en todo el nivel que causó graves daños en el tímpano para los que lograron llegar tan lejos.
Otro aspecto inquietante del juego fue el diseño del propio Sr. Mix. Era un grande, de cara redonda, el hombre gordo con grandes ojos redondos y brillantes y manchas rojas en las mejillas.
La mayoría de los niños que las reglas del juego informaron tener pesadillas vívidas de Mr. Mix hablándoles en voz baja, ronca y amenazándolos de no hablar de algo. Sin embargo, ninguno de ellos pudo recordar exactamente lo que era.
Un psicólogo que vio a muchos de estos niños reportaron haber sido perturbado por la gran cantidad de terror en los rostros de los niños mientras relataba los detalles de la pesadilla.
Muchos de los niños rompieron a llorar en el proceso, rogando por sus padres para "salvarlos". Sin embargo, sin relación directa con el juego en sí mismo podría ser determinado por estos pocos casos, como no todos los niños que sufren los mismos efectos adversos.
Por razones obvias, este juego no se vendió muy bien. Se mantuvo en una relativa oscuridad hasta hace unos años, cuando los hackers PC apoderado de una ROM del juego y empezó a cavar a través de él.
Uso de software de memoria de hacking, lograron descifrar el código del juego sin pasar por el quinto nivel imposible. Lo que encontraron, sin embargo, era extremadamente preocupante y ha causado muchos de ellos a abandonar la expedición por completo.
De acuerdo con los informes de estos hackers dejaron atrás, el juego se comporta de manera extraña si el quinto nivel se pasa por alto. El juego se bloquea y se cierra violentamente, escribiendo un montón de archivos en el directorio System32 del usuario hasta el punto de que la RAM se llena casi por completo.
Estos archivos son los informes, cuadros de la gente con rostros horriblemente deformados, que aparecen a gritar de dolor y agonía con los ojos que parece estar sangrando por sus conductos lacrimales y su capa externa de la piel desgarrada limpiar en varios lugares.
Si el usuario intenta eliminar estos archivos, el ordenador se bloqueará y violentamente pantalla azul, causando un daño irreparable permanente en el disco duro del usuario.
Los hackers descubrieron que esto fue causado por un byte único en la ROM del juego que desencadenó cuando el quinto nivel se ha completado. Después de eliminar este byte, que fueron capaces de pasar al siguiente nivel sexta y final.
Por desgracia, todos los hackers originales se negó a discutir lo que vieron en el último nivel. Todos ellos llegaron a ser extremadamente paranoico y solitario, negándose a hablar de cualquier cosa relacionada con el juego y muestra síntomas asombrosamente extremas de estrés post-traumático.
La mayoría de ellos dejaron de ser capaz de formar frases coherentes dentro de una semana, y dentro de un mes, todos ellos desaparecieron. Todas las copias restantes del partido fueron destruidos.
A día de hoy, nadie sabe lo que había en ese juego que les causó daño psicológico tanto. Tal vez sea mejor así.
Dos años después de este incidente, un hombre fue arrestado después de intentar secuestrar a una niña de ocho años en una tienda de comestibles. A través de análisis de ADN y huellas digitales, el hombre fue identificado como uno de los hackers originales que vieron el último nivel del juego.
Llevaba un sombrero blanco de chef y tenía una mirada de inefable maldad y la locura en la cara. Cuando fue interrogado, el hombre se limitó a decir una cosa.
"Soy Mr.Mix. Shhh"...

La Casa Sin Fin (PARTE 2)


Cerré la puerta detrás de mí; cuando cayó en su marco el zumbido desistió. Me volteé en el asombro, y la puerta ya no estaba. Miré a mi alrededor. La habitación era idéntica a la tercera, la misma silla y lámpara, pero con la cantidad justa de sombras esta vez. La única diferencia era la ausencia de una salida.
…….Ya lo dije antes, no he tenido problemas de inestabilidad mental…, pero en ese momento caí en lo que ahora sé era locura. No grité. No emití ningún sonido. Al principio rasgué suavemente. La pared era dura, aunque sabía que la puerta estaba ahí, en alguna parte. Rasgué donde antes se encontraba la perilla. Con ambas manos, jadeante, mis uñas magullándose contra la pared; la puerta estaba ahí, sabía que estaba ahí…
…….¿Te encuentras bien?
…….Salté del suelo y me giré en un movimiento. Me apoyé en la pared detrás de mí y vi qué era lo que me habló, y hasta este día me arrepiento de haber volteado.
…….La pequeña niña llevaba un vestido blanco fino que caía hasta sus tobillos. Tenía una larga melena rubia, piel blanca y ojos azules. Era la cosa más aterradora que había visto, y sé que en mi vida nunca nada será tan inquietante como lo que vi en ella. Mientras le miraba, veía a la niña, pero también algo más: donde estaba parada veía lo que parecía el cuerpo de un hombre cubierto en grueso pelaje, desnudo de pies a cabeza, pero su cabeza no era humana, y los dedos en sus pies pezuñas. No era el Diablo, aunque en ese momento bien podría haberlo sido. Su cabeza tenía la forma de un carnero y el hocico de un lobo. Era repulsivo, y era uno mismo con la niña en frente de mí. No puedo ponerlo bien en palabras; los veía, al mismo tiempo, compartieron el mismo lugar en la habitación. Mi mente batallaba con lo que estaba tratando de procesar. Miraba a lo que fuera que me había hablado. No había salida. Estaba atrapado ahí con ello. Y luego volvió a hablar.
…….—David, no debiste haber venido.
…….Cuando habló, escuché las palabras de la bestia y de la niña fundirse en una voz que no me atreveré a describir. En mi mente se grabó la frase y reprodujo infinitamente, aislándome de todo otro sonido. No supe qué hacer, me estaba sumiendo en la locura y aun así no era capaz de apartar mis ojos de lo que estaba delante mío. Caí al suelo. Creí haberme desmayado, pero la habitación no me lo permitiría. Sólo quería que terminara. Me apoyaba en la pared, con los ojos entreabiertos y la bestia fijando los suyos en mí. A centímetros de mi cuerpo se paseaba una de las ratas a cuerda de la segunda habitación, y ahí me llegó. La Casa se burlaba de mí. Contra toda lógica, ver la rata me dio lo suficiente para recuperar mi mente de cual fuera el turbio estado en el que se encontraba. Iba a salir de ahí. Saldría de esa casa y viviría y nunca pensaría en ese lugar de nuevo. Esta habitación era el Infierno, y no estaba dispuesto a tomar residencia.
…….Al principio eran sólo mis ojos lo que se movía. Busqué en las paredes para cualquier tipo de apertura. La habitación no era muy grande, por lo que no tomó mucho explorarla. La voz de la bestia seguía,  acrecentándose mientras ella permanecía fijada a su lugar en la habitación. Puse mi mano en el suelo y me coloqué de rodillas, volteándome a revisar la pared detrás de mí; lo que vi me dejó aturdido. La criatura a un tiempo pasó al lado izquierdo de mi espalda, susurrando en mi mente que no debería haber venido. Sentía su aliento en mi cuello, pero me negué a dar la vuelta, y de pronto no me interesaba tanto su presencia. Un gran rectángulo estaba raspado en la madera con una pequeña abolladura en su centro, justo en frente de mis ojos tenía el gran siete que en mi desesperación había rasgado en la pared. La séptima habitación, tras la pared donde la quinta estaba hace unos momentos.
…….No sé cómo lo había hecho, y tal vez fue mi pánico en el momento, pero había creado la puerta. En mi locura había cavado en la pared lo que más necesitaba, una salida a la siguiente habitación. El demonio estaba justo detrás de mí, mas por alguna razón parecía no poder tocarme. Cerré los ojos y coloqué ambas manos sobre el gran siete. Y empujé. Empujé tan duro como pude. El demonio estaba ahora gritando a mi oído. Me dijo que nunca escaparía. Me dijo que éste era el final pero que no iba a morir, que me quedaría a vivir en la sexta habitación con él. No lo haría. Empujé y grité a todo pulmón. Arremetí contra la puerta y grité, y el demonio se había ido. Me quedé en silencio. Me di la vuelta lentamente y fue recibido por la habitación conservando el aspecto que tenía cuando llegué, sólo una silla y una lámpara. No lo podía creer, pero no tenía tiempo para pensar. Me volví a la puerta y di un salto atrás en asombro. Lo que vi fue una puerta, no una que había cavado en la madera, sino una puerta normal con un siete grande en ella. Todo mi cuerpo estaba en shock. Debí de girar la perilla por reflejo luego de un segundo; de ninguna manera me quedaría a esperar que esa cosa volviera.
…….Ingresé a la habitación completamente agotado. La puerta se cerró detrás de mí, y me di cuenta de dónde estaba. Afuera. Era distinto a la quinta habitación, realmente estaba afuera. Caí de rodillas… quería llorar. Por fin salí de ese infierno. Di un vistazo a la puerta por la que salí y me encontré con la entrada principal. Me dirigí a mi coche y regresé a casa, pensando en lo agradable que una ducha sonaba.
…….Caminando por el pórtico de mi casa me sentí incómodo. La alegría de abandonar La Casa Sin Fin se desvanecía y el miedo lentamente turbaba mi juicio. Lo dejé a un lado, por todo lo que había experimentado en las últimas horas. Entré y de fui directo a mi habitación. Sobre la cama estaba mi gato Baskerville. Era el primer ser vivo que contemplaba en toda la noche, y me acerqué para acariciarlo. Protestó y arañó mi mano. Retrocedí extrañado, ya que nunca había actuado de esa manera. Pensé «Lo que sea, es un gato viejo». Tomé una ducha y me preparé para lo que esperaba sería una noche en vela.
…….Después de mi ducha fui a preparar algo de comida. Bajé las escaleras y llegué a la sala de estar, y lo que vi quedará por siempre grabado en mi mente. Mis padres estaban tirados en el suelo, desnudos y cubiertos en sangre. Habían sido mutilados hasta el punto en que era difícil reconocerles. Sus miembros fueron removidos y colocados junto a sus cuerpos, y sus cabezas dejadas sobre sus pechos, viendo hacia mí. La parte más inquietante eran sus expresiones. Sonreían, como contentos de verme. No sabía lo que había pasado, ni siquiera vivían conmigo en ese entonces. Vomité, y luego algo captó mi mirada. Una puerta que no estaba ahí antes. Una puerta con un gran «8» pintado en sangre.
…….Continuaba en la Casa. Estaba de pie sobre mi sala de estar, pero dentro de la séptima habitación. Ambos rostros sonrieron ampliamente al darme cuenta de esto. La octava puerta estaba al otro lado de la sala en la pared detrás de los cuerpos mutilados, que ahora estaba seguro no pertenecían a mis padres. Sabía que no podía detenerme, pero en ese momento estaba rendido. Sus rostros sonrientes tomaron control de mi ser, fijándome a donde estaba parado, inmovilizándome. Vomité por segunda vez y estuve a punto de caer… Entonces el zumbido regresó. Era más fuerte que nunca, y colmó la casa e hizo temblar las paredes. El zumbido fue lo que me obligó a caminar. Mi cuerpo apenas podía mantenerse en pie, difícilmente podía andar, y mientras más cerca estaba de los cuerpos, más cerca estaba del suicidio. Las paredes se sacudían con tanta fuerza que parecían estar a punto del colapso, pero aun así las cabezas me sonreían. A medida que me aproximaba, sus ojos me seguían. Estaba posicionado ahora entre los dos cuerpos, a unos metros de la puerta. Las manos desmembradas se arrastraban por la alfombra hacia mí, al mismo tiempo que las cabezas continuaban mirándome. El pánico se apoderó de mí y aceleré mi paso. No los quería oír hablar. No quería que las voces coincidieran con las de mis padres. Comenzaron a abrir sus bocas, y las manos ya estaban a sólo centímetros de mis pies. En un arrebato de desesperación me lancé hacia la puerta, abrí y cerré de golpe detrás mío. Octava habitación.
…….Era una réplica de la cuarta y sexta habitación. Sentado en la silla previamente desocupada había un hombre. Tras algunos segundos de incredulidad, mi mente finalmente aceptó que el hombre sentado en la silla era yo. No alguien muy parecido a mí, ése era David Williams. Me acerqué. Pese a estar seguro tenía que verle de cerca. Él me miró y me di cuenta de las lágrimas en sus ojos.
…….—Por favor… por favor, no lo hagas… por favor, no me hagas daño.
…….—¿Qué? —dije—. ¿Quién eres tú? No voy a hacerte daño.
…….—Sí lo harás… —estaba sollozando ahora—. Vas a hacerme daño y no quiero que lo hagas. —Se colocó en la silla con las piernas entre sus brazos y comenzó a mecerse de atrás hacia adelante. Era muy lamentable verlo, sobretodo porque era como yo, idéntico en todos los sentidos.
…….—Escucha, ¿quién eres? —Me encontraba a sólo unos metros de mi copia. Fue la experiencia más extraña hasta ese punto, ahí de pie hablando conmigo mismo. No estaba asustado, aún—. ¿Por qué estás…?
…….—Me harás daño… me harás daño… Si quieres salir, me harás daño…
…….—¿Por qué dices eso? Cálmate, ¿sí?
…….Tuvo que apartar un pie de su cuerpo para permitirme verlo, sólo ligeramente. El David en la silla vestía con la misma ropa que yo, a excepción de un pequeño bordado rojo en su camisa, uno con forma de nueve.
…….—Me harás daño… por favor no me hagas daño… —Su tono de voz empezó a menguar. Su mirada estaba perdida en un rincón de la habitación.
…….Yo no podía superar ese pequeño número en su pecho. Sabía exactamente lo que era. Las primeras puertas fueron sencillas y… presentes, mientras que las demás comenzaron a ponerse más ambiguas. La séptima fue rasgada en la pared por mis propias manos. La octava estaba marcada en sangre por encima de los cuerpos mutilados. Sin embargo, la última… este número estaba en una persona, una persona viva. Y peor aún, estaba en una persona que se veía exactamente como yo.
…….—¿David? —Tuve que preguntar.
…….—Sí… me harás daño… —Inquirió.
…….Di un vistazo alrededor en lo que él seguía lamentándose. La habitación no tenía puerta, y de manera similar a la sexta, la entrada ya no estaba. Por alguna razón supuse que con rasgar la pared no conseguiría nada. Estudié las paredes y el piso alrededor de la silla, acercándome a ésta para revisar si tenía algo por debajo. Desafortunadamente, lo tenía. Bajo la silla había un cuchillo, acompañado de una etiqueta, que ponía: «Para David, de la Gerencia».
…….La sensación en mi estómago al leer la etiqueta era algo maligno. Quería vomitar, y la última cosa que quería hacer era tomar el cuchillo. Mi mente daba vueltas en un mar de preguntas sin respuesta. ¿Quién puso esto aquí y cómo obtuvo mi nombre? Por no mencionar el hecho de que mientras estaba arrodillado en la fría madera también estaba sentado en la silla, sollozando por la idea de ser herido por mí mismo. Era demasiado para procesar. La Casa y la Gerencia habían estado jugando conmigo todo este tiempo. Mis pensamientos se volvieron a Peter, y de si él había o no llegado hasta aquí; y de hacerlo, si se encontró con un Peter Terry llorando en esta misma silla, balanceándose de atrás hacia adelante. No, no importaba. Tomé el cuchillo y el otro David guardó silencio.
…….—David —dijo con mi voz—, ¿qué crees que haces?
…….Me levanté del suelo y apreté el mango del cuchillo en mi mano.
…….—Voy a salir de aquí.
…….David permanecía en la silla, ahora mucho más sosegado. Me miró con una leve sonrisa que no me permitió discernir de si iba a reír o estrangularme. Poco a poco se levantó de la silla y se colocó frente a mí. Era sorprendente, su altura e incluso su postura eran iguales a las mías. Sentí el mango plástico del cuchillo y lo apreté con más fuerza. No sabía lo que planeaba hacer con él, pero tenía la sensación de que lo iba a necesitar.
…….—Ahora —su tono de voz sonó un poco más profundo que el mío—, voy a hacerte daño. Voy a hacerte daño y te voy a mantener aquí. —No respondí. Sólo contuve la respiración y lo derribé al suelo. Inmovilizándolo, con el cuchillo en posición y listo, miré hacia abajo. Él miró de vuelta aterrado. Era como estar frente a un espejo. En ese instante el zumbido volvió, bajo y distante, aunque lo sentía hasta en lo más profundo de mi cuerpo. David me veía mientras yo me debatía mi siguiente movimiento y el zumbido me parecía cada vez más insoportable.
…….Sentí algo dentro de mí romperse. Con un movimiento enterré el cuchillo por el bordado y desgarré completamente a David desde su pecho hasta el final de su abdomen.
…….La negrura llenó la habitación. Caí…
.
…….La oscuridad a mi alrededor no puedo compararla con nada de lo que había experimentado hasta ese punto. La cuarta habitación estaba oscura…, pero no como esto. Creí no estar cayendo después de un tiempo. No sentía mi peso, sólo una profunda tristeza. La visión de mis padres no abandonaba mi mente. Estaba consciente de que no era real, pero lo había visto, y la mente tiene problemas para diferenciar entre lo que es real y lo que no. Estuve en la novena habitación por días. En la habitación final… y es que era exactamente eso, el final. La Casa Sin Fin tenía un final, y lo había alcanzado. Bajo la impresión de que seguiría en ese estado por siempre, me di por vencido. Ni siquiera el zumbido estaba ahí para retar mi cordura. Había perdido completamente mis sentidos. No había ningún sonido; la vista era inservible aquí. Me acostumbré tanto a lo que estaba viviendo que no sé decir cuándo fue la primera vez que la vi. Una luz. Una de esas luces estereotipadas al final del túnel y la sensación del suelo formándose bajo mis pies. Torpemente tanteé a mi alrededor en lo que caminé hacia la luz, previendo el momento en que un obstáculo frustraría una vez más mi intento por abandonar la casa.
…….La luz era una hendidura vertical por el lado de una puerta no enumerada. Abriéndola completamente volví al lugar donde empecé, en el vestíbulo de La Casa Sin Fin, aún vacío, aún decorado con un tema de Halloween infantil. Después de todo lo que había sucedido esa noche, desconfiaba de mi verdadera ubicación.
…….Pero nada extraño pasó. Noté que encima del escritorio había un sobre blanco con mi nombre escrito a mano en él. Inmensamente curioso, aunque reticente, encontré el valor necesario para abrir el sobre. Dentro había una carta, igualmente escrita a mano.
…….«David Williams,
…….¡Felicitaciones! ¡Ha llegado al final de La Casa Sin Fin! Por favor acepte este premio como una muestra de su gran logro.
…….Por siempre suya,
…….La Gerencia».
…….Con la carta venían cinco billetes de cien dólares.
…….No podía parar de reír. Reí por horas. Reí mientras caminaba a mi coche y en lo que conducía a casa. Reí mientras estacionaba mi auto en el garaje y reí mientras abría la puerta principal de mi casa y me seguí riendo en lo que veía el pequeño diez grabado en la puerta de madera.

EL CONTRATO DEL ESPEJO (RITUAL)


Esto es un contrato.

Si firmas este contrato, podrás hacer realidad todo lo que desees. (Siempre y cuando no contradiga las clausulas del contrato)

Firmar el contrato supone un ligero esfuerzo, no basta con estampar tu firma en un papel. Este contrato es algo distinto.

Los pasos para poder cerrar el trato y hacer realidad todos tus deseos son los siguientes:
Para empezar, espera a que anochezca. Una vez que esté todo completamente a oscuras en tu casa, ponte delante lo un espejo. No debe haber ninguna luz encendida. Una vez de cara al espejo, cierra los ojos. Quédate en silencio. Espera con los ojos cerrados durante 10 segundos. Si han pasado menos de 5 segundos y abres los ojos, te podrás echar atrás. Pero si han pasado más de 5 segundos y se te ocurre abrir los ojos, te quedarás ciego.

Durante la cuenta oirás unos pasos que se acercan hacia ti, pero no te asustes, mientras mantengas los ojos cerrados no te pasará nada.

Una vez pasen los 10 segundos la luz se encenderá, y cuando a través de tus párpados pases de percibir negro a ver un ligero tono rojo a través de tus párpados, abre los ojos.

Verás un ser en el espejo. Será aterrador para ti, pero él está dispuesto a escucharte.
Controla tu miedo, si sales corriendo él te perseguirá.

Cuando estés cara a cara, el ser sacará su mano por el espejo. Estrecharla y el trato se cerrará.
A partir de entonces, todo deseo que pidas en voz alta se cumplirá.

Pero debes saber que a partir de entonces, el ser del espejo te seguirá a todas partes hasta el día de tu muerte.

Vayas a donde vayas él te seguirá, siempre pegado a ti, perturbándote. No volverás a dormir, él estará a tu lado, no te dejará. No podrás volver a mirarte delante de un espejo, porque le seguirás viendo a él.

Por cada deseo que pidas tu vida se acortará tu vista y tu percepción se irán trastornando y deformándose.

El mundo cambiará, la gente que conoces cambiará para ti. Oirás ruidos perturbadores, todo lo que antes te gustaba se volverá monstruoso muy poco a poco. No volverás a ver las cosas de la misma manera.
Pero siempre puedes solucionar esto.

Si quieres acabar con el contrato espera a que anochezca y ponte delante del espejo. Cierra los ojos y si los abres antes de haber pasado 5 segundos, ya no volverás a ver, y todo lo que te perturbaba, desaparecerá.
Ahora que lo has leído deberás aceptar el trato obligatoriamente. Si en 48 horas no has firmado el contrato, no vuelvas a darle la espalda a un espejo, por tu bien.

¿Te atreves a firmar el contrato?


ADVERTENCIA: Lo Que Se Publica En Esta Pagina, Tiene El Fin De Entretenimiento.
NO! Se Recomienda Recrear (Hacer) Ninguno De Los ''Rituales'' Que Se Encuentran En Este Sitio.
ATTE: Kevin Mendoza

El DVD


La próxima vez que vayas por una película, asegúrate de buscar una que te recomendaré y que te traerá recuerdos increíbles. No hay otro video como éste, y es imposible duplicarlo. Puede aparecer en cualquier parte del videoclub. Puede estar en cualquier estante, en cualquier género, en manos de cualquier persona. Su cubierta es totalmente negra, y se titula .
Una vez que encuentres el video, no lo abras. Ve a la recepción a pagar por la renta. El encargado seguramente te mirará extrañado, y tal vez dirá, “Oh… ése…”.
Lleva el video a casa. Puedes tener la tentación de ver el DVD, pero procura no hacerlo.
A media noche, coloca el sofá frente a tu televisor y asegúrate de que nadie más esté contigo. Asegúrate de que todo lo que se vea sea oscuridad, y que el único ruido que se oiga sea el latido de tu corazón.
Reproduce el DVD. El video contiene todo el conocimiento de tu pasado, presente y futuro. Al pasar las escenas, irás viendo eventos pasados hasta llegar a los acontecimientos actuales. Detenlo una vez que llegues al final de los eventos actuales; sabrás en qué parte detenerte cuando te veas a ti frente al televisor, mirando el video.
Antes de pasar a ver los acontecimientos futuros, piensa si realmente quieres saber sobre el futuro.
Si decides no ver más, quita el DVD, déjalo en el suelo de tu armario y vete. Asegúrate de guardar el DVD en el armario. Por la mañana te darás cuenta de que se ha ido.
Pero si decides ver los acontecimientos futuros, deja correr el siguiente episodio. Es extremadamente importante que no grites cuando veas la escena de tu muerte. No quites la vista del televisor cuando te veas siendo arrastrado a las oscuras profundidades de lo que una vez fue tu armario. No parpadees cuando te veas siendo desgarrado por una bestia infernal, y el DVD maldito tirado en el suelo, junto a tus miembros amputados. En ese momento el video terminará.
Ah, y no te asustes cuando sientas el aliento de la bestia acariciar tu cuello…

La hora de dormir. . .


Se supone que la hora de dormir debe ser un momento feliz para un niño cansado; para mí era aterrador. Mientras algunos niños pueden quejarse por ser enviados a la cama antes de que hayan terminado de ver una película o jugar su videojuego favorito, cuando yo era un niño, la noche era algo a lo que temer realmente. En algún lugar de mi mente lo sigue siendo.
Como alguien que ha sido instruido en las ciencias, no puedo demostrar que lo que me pasó fue objetivamente real, pero puedo jurar que lo que experimenté fue terror genuino. Un miedo que en mi vida, me alegro de decir, nunca ha sido igualado. Voy a relatarles todo lo mejor que pueda; tómenlo como mejor les convenga. Yo estaré contento con sólo sacarlo de mi pecho.
No puedo recordar exactamente cuándo inició, pero mi aprensión hacia conciliar el sueño parecía corresponder con haber sido trasladado a una habitación propia. Tenía ocho años de edad entonces, y hasta ese momento había compartido una habitación con mi hermano mayor. Como es perfectamente comprensible para un niño cinco años mayor que yo, mi hermano finalmente pidió una habitación para él solo y, como resultado, se me entregó la habitación en la parte trasera de la casa.
Era una habitación pequeña, estrecha, y sin embargo extrañamente alargada, lo suficiente como para alojar una cama y un par de muebles, pero no mucho más. Realmente no podía quejarme; incluso a esa edad, comprendía que no teníamos una casa grande y no tenía ningún motivo válido para estar decepcionado, puesto que mi familia era tanto amorosa como protectora. Fue una infancia feliz, durante el día.
Una ventana solitaria daba a nuestro jardín trasero, nada fuera de lo común, pero incluso durante el día la luz que se colaba en esa habitación parecía casi vacilante.
Mientras que mi hermano recibió una nueva cama, a mí me dieron la litera que solíamos compartir. Aunque me sentía mal por tener que dormir a solas, estaba emocionado ante la idea de poder dormir en la cama de arriba, lo que me parecía mucho más audaz.
Desde la primera noche recuerdo una extraña sensación de malestar abriéndose paso desde el fondo de mi mente. Me tumbé en la cama de arriba, observando mis figuras de acción y coches regados sobre la alfombra azul. En tanto batallas y aventuras imaginarias tenían lugar entre los juguetes del piso, no podía evitar sentir que mis ojos estaban siendo lentamente arrastrados hacia la litera de abajo, como si algo se moviera en el rabillo del ojo. Algo que no quería ser visto.
La cama estaba vacía, hecha impecablemente con una manta azul oscuro que cubría parcialmente dos almohadas blancas algo flácidas. No reflexioné más sobre ello en aquel momento, era un niño, y el ruido de la televisión de mis padres deslizándose por debajo de mi puerta me envolvía en una cálida sensación de seguridad y bienestar.
Me quedé dormido.
Al ser despertado de un sueño profundo por algo en movimiento, agitándose, te puede tomar un momento para realmente darte cuenta de lo que está sucediendo. El velo del sueño se cierne sobre tus ojos y oídos incluso cuando estás lúcido.
Algo se movía, no había ninguna duda al respecto.
Al principio no estaba seguro de lo que era. Todo estaba oscuro, casi completamente negro, pero entraba suficiente luz desde afuera como para distinguir los contornos del estrecho y sofocante cuarto. Dos pensamientos aparecieron en mi mente simultáneamente. El primero era que mis padres seguían en la cama, porque el resto de la casa estaba a oscuras, y en silencio. El segundo pensamiento se concentró en el ruido. Un ruido que obviamente me había despertado.
Mientras las últimas telarañas del sueño se desvanecían de mi mente, el ruido tomó una forma más familiar. A veces el más simple de los sonidos puede ser el más desconcertante; una brisa fría meciendo un árbol, los pasos de un vecino incómodamente cerca, o, en este caso, el simple sonido de sábanas revolviéndose en la oscuridad.
Eso era, sábanas revolviéndose en la oscuridad como si un durmiente perturbado estuviera tratando de ponerse cómodo en la cama de abajo. Me quedé inmóvil, reteniendo el pensamiento de que el ruido era o mi imaginación, o tal vez sólo mi gato buscando en donde pasar la noche. Fue entonces cuando noté la puerta, cerrada como lo había estado antes de que me quedase dormido.
Quizá mi madre había venido a chequearme y el gato se había escabullido en mi habitación.
Sí, eso debió de haber sido. Me volví hacia la pared, cerrando los ojos con la vana esperanza de que pudiera volver a dormirme. Mientras conciliaba el sueño, el movimiento de debajo de mí cesó. Pensé que había espantado a mi gato, pero pronto me di cuenta de que el visitante en la cama de abajo era mucho menos mundano que mi mascota tratando de dormir, y mucho más siniestro.
Como si hubiera sido molestado, descontento por mi presencia, el durmiente perturbado comenzó a revolverse y girar violentamente, como un niño haciendo un berrinche en su cama. Podía oír las sábanas torcerse y girar con una ferocidad cada vez mayor. El miedo se apoderó de mí entonces, no en la misma manera sutil en que lo había experimentado hace un momento, sino que ahora era potente y sobrecogedor. Mi corazón se aceleró en tanto mis ojos se dilataron, escudriñando la oscuridad casi impenetrable.
Dejé escapar un grito.
Como la mayoría de los niños hacen, instintivamente llamé a mi madre. Podía escuchar pisadas desde el otro lado de la casa, pero en cuanto di un suspiro de alivio porque mis padres venían a salvarme, la litera de repente empezó a temblar violentamente como si estuviera siendo sacudida por un terremoto, chocando repetidamente contra la pared. No me atreví a saltar de la cama por temor de que la cosa abajo se me acercara y me atrapara, llevándome hacia la oscuridad, así que me quedé allí, con los nudillos blancos atrayendo las sábanas hacia mí como un manto de protección. La espera me pareció una eternidad.
La puerta finalmente, y gracias a Dios, se abrió de golpe, dejándome inmóvil bajo la luz, mientras que la litera de abajo, el lugar de descanso de mi visitante no deseado, permanecía vacío y silencioso.
Yo lloraba y mi madre me consolaba. Lágrimas de miedo, y luego de alivio, corrían por mi cara. Sin embargo, a pesar de todo el horror, no le dije por qué estaba tan asustado. No puedo explicarlo, pero era como si lo que sea que hubiera estado en esa cama volvería con que siquiera hablara de ello, o pronunciara una sola sílaba de su existencia. Si eso era así en verdad, no lo sé, pero cuando era niño sentí como si esa amenaza invisible se mantuviera cerca, escuchando.
Mi madre se acostó en la cama vacía, prometiéndome que estaría allí hasta la mañana. Eventualmente mi ansiedad se calmó, el cansancio me obligó a dormir de nuevo; pero permanecí inquieto, despertando continuamente al sonido de sábanas revolviéndose.
Recuerdo que al día siguiente quería ir a cualquier parte, estar en cualquier parte, excepto en aquella habitación estrecha y sofocante. Era sábado y pasé jugando afuera muy contento con mis amigos. Aunque nuestra casa no era grande tuvimos la suerte de tener un extenso jardín en la parte posterior. Jugábamos allí a menudo, pues gran parte se había dejado crecer y podíamos ocultarnos en los arbustos, escalar el enorme árbol de sicomoro que sobresalía por encima de todo, y fácilmente imaginar que estábamos en una aventura fantástica, en alguna tierra exótica salvaje.
Aunque todo era muy divertido, ocasionalmente dirigía mi mirada a esa pequeña ventana; ordinaria, delgada, inocua. En el exterior, el exuberante entorno verde de nuestro jardín acompañado de las caras sonrientes de mis amigos no pudo extinguir la sensación que recorría mi espina dorsal. La sensación de que había algo en esa habitación observándome jugar, esperando la noche cuando estuviera solo, entusiasmadamente lleno de odio.
Puede sonarles extraño, pero cuando mis padres me dejaron solo de nuevo en esa habitación por la noche, no dije nada. No protesté, ni siquiera inventé una excusa de por qué no podía dormir allí. Simplemente entré en la habitación disgustado, subí los pocos escalones hacia la cama de arriba y luego esperé. Ahora que soy adulto estoy contando a todos acerca de mi experiencia, pero incluso a esa edad me sentía casi tonto de hablar de algo para lo que en realidad no tenía evidencias. Estaría mintiendo, sin embargo, si digo que esa fue la razón principal; todavía sentía que esa cosa se enfurecería con que siquiera hablara de ello.
Es curioso cómo ciertas palabras pueden permanecer ocultas de tu mente, sin importar cuán flagrantes o evidentes sean. Una palabra me llegó esa segunda noche, cuando estaba acostado en la oscuridad solo, asustado, consciente del cambio en el ambiente; un engrosamiento del aire, como si algo más lo hubiera desplazado. Al escuchar los primeros movimientos ocasionales de la ropa de cama de abajo: el primer incremento ansioso en mi ritmo cardiaco. Esa palabra, una palabra que había enviado al exilio, se filtró a través de mi conciencia, liberándose de toda represión y tallándose a sí misma en mi mente.
«Fantasma».
En lo que ese pensamiento vino a mí, me di cuenta de que mi visitante no deseado había dejado de moverse. Las sábanas de la cama yacían tranquilas y quietas; pero habían sido reemplazadas por algo mucho más aterrador. Una lenta, rítmica y áspera respiración escapaba de la cosa de abajo. Me podía imaginar su pecho subiendo y bajando con cada respiración sórdida, sibilante y confusa. Me estremecí, y deseé, más allá de toda esperanza, que se fuera sin incidentes.
Entonces algo inconfundiblemente escalofriante sucedió: se movió. Se movió de una manera diferente que la de antes. Cuando se agitaba en la cama parecía inmotivado, descontrolado, casi animal. Este movimiento, sin embargo, fue impulsado por la conciencia, con propósito, con un objetivo en mente. Pues esa cosa que yacía en la oscuridad, esa cosa que parecía estar decidida a aterrorizar a un niño, tranquilamente y con indiferencia, se sentó. Su dificultosa respiración se había vuelto más ruidosa ahora que sólo un colchón y unas cuantas tablillas delgadas de madera separaban mi cuerpo de ello.
Me quedé inmóvil, mis ojos se llenaron de lágrimas. Un miedo que las meras palabras no pueden expresar ni a ustedes ni a nadie corría por mis venas. Me imaginé cómo luciría esa cosa sentada ahí, escuchando desde debajo de mi colchón, esperando obtener la más mínima señal de que estaba despierto. La imaginación entonces se convirtió en una realidad desconcertante. Comenzó a tocar las tablillas de madera sobre las que mi colchón se sostenía. Parecía que las tocaba con cuidado, llevando lo que me imaginaba que eran dedos y manos a lo largo de la superficie de la madera.
Luego, con mucha fuerza, hizo presión entre dos tablillas, en el colchón. Incluso a través del relleno, se sintió como si alguien me hubiera metido violentamente sus dedos en mi costado. Dejé escapar un alarido y la sibilante y temblorosa cosa en la cama de abajo respondió a ello haciendo vibrar la litera, como lo había hecho la noche anterior.
Una vez más fui bañado en luz, y allí estaba mi madre, amorosa, preocupándose por mí como siempre lo hacía, con un abrazo reconfortante y palabras tranquilizadoras que eventualmente atenuaron mi histeria. Por supuesto, ella me preguntó lo que me pasaba, pero no pude decirle, no me atreví a decirle. Simplemente dije una palabra una y otra y otra vez.
«Pesadilla».
Este patrón de acontecimientos continuó durante semanas, si no meses. Noche tras noche me despertaba al sonido de sábanas revolviéndose. Gritaba cada vez, como para no darle a esa abominación tiempo para que me tocara y me «sintiera». Con cada grito la cama se sacudía violentamente, deteniéndose con la llegada de mi madre, quien pasaría el resto de la noche en la cama de abajo, aparentemente ignorante de la fuerza siniestra que torturaba a su hijo por las noches.
En varias ocasiones me las arreglé para fingir estar enfermo y pensé en otras razones no-del-todo-ciertas para dormir en la cama de mis padres, pero la mayoría de las veces estaba solo en ese lugar por las primeras horas de cada noche.
Con el tiempo puedes desensibilizarte de casi cualquier cosa, sin importa cuán terrible sea. Me había llegado a dar cuenta de que, por cualquier razón que fuera, esa cosa no podía hacerme daño cuando mi madre estaba presente. Estoy seguro de que lo mismo se aplicaría con mi padre, pero por más amoroso que él fuera, despertarlo de su sueño era casi imposible.
Después de unos meses me había acostumbrado a mi visitante nocturno. No confundan esto con una amistad sobrenatural, yo detestaba la cosa. Aún le temía sobremanera, ya que casi podía sentir sus deseos y su personalidad, si se le puede llamar así; una llena de un odio perverso y retorcido que me anhelaba, tal vez de entre todas las cosas.
Mis mayores temores se hicieron más patentes durante el invierno. Los días eran cortos, y las noches más largas proveían a ese desgraciado de más oportunidades. Fue un tiempo difícil para mi familia. Mi abuela, una mujer maravillosamente amable y gentil, se había deteriorado grandemente desde la muerte de mi abuelo. Mi madre estaba haciendo todo lo posible para mantenerla en su vecindario, pero la demencia es una enfermedad degenerativa y cruel, despojando a la persona de sus recuerdos un día a la vez. Pronto ella dejó de reconocernos, y quedó claro que tendría que ser trasladada de su casa a un hogar de ancianos.
Antes de que pudiéramos moverla, mi abuela tuvo unas noches particularmente difíciles y mi madre decidió que se quedaría con ella. Por mucho que amaba a mi abuela y no sentía más que angustia por su enfermedad, hasta el día de hoy me siento culpable de que mis primeros pensamientos no fueran sobre ella, sino de lo que mi visitante nocturno me podría hacer en caso de que se percatara de la ausencia de mi madre; su presencia siendo lo único de lo que estaba seguro que me protegía de todo el horror que esa cosa podría llegar a hacerme sentir.
Me apuré a mi casa después de la escuela ese día, y de inmediato quité las sábanas y el colchón de la cama de abajo, colocando sobre las tablillas un viejo escritorio, una cajonera y algunas sillas. Le dije a mi padre que estaba «haciendo una oficina», lo que encontró adorable, pero ni en broma le daría a esa cosa un lugar para dormir por otra noche más.
Cuando la oscuridad se acercaba, no sabía qué hacer. Mi único impulso fue el de recoger del joyero de mi mamá un crucifijo pequeño que había visto antes allí. Aunque mi familia no era muy religiosa, a esa edad yo todavía creía en Dios y tenía la esperanza de que de alguna manera eso me protegería. A pesar de mi miedo y ansiedad, mientras apretaba el crucifijo debajo de mi almohada con una mano, el sueño eventualmente llegó. Esperé despertarme por la mañana sin mayor incidencia; desafortunadamente, esa noche fue la más terrorífica de todas.
Me desperté gradualmente. La habitación estaba una vez más a oscuras. En lo que mis ojos se acostumbraban empecé a distinguir poco a poco la ventana y la puerta, las paredes, algunos juguetes en un estante y… Incluso hasta el día de hoy me estremezco al pensar en ello, pues no había ningún ruido. Ninguna agitación de las sábanas. Ningún movimiento en absoluto. La habitación se sentía sin vida. Sin vida, mas no vacía.
Mi visitante nocturno, esa desagradable y sibilante cosa llena de odio que me había aterrorizado noche tras noche, no estaba en la cama de abajo, ¡estaba en mi cama! Abrí la boca para gritar, pero no emití palabra. El terror absoluto había suprimido el sonido de mi voz. Me quedé inmóvil; si no podía gritar, no quería hacerle saber que estaba despierto.
Hasta ese momento no lo había visto, sólo podía sentirlo. Se ocultaba bajo mi sábana. Podía ver su contorno, y podía sentir su presencia, pero no me atreví a mirar. Su peso recaía sobre mí, una sensación que nunca olvidaré. Cuando digo que las horas pasaron, no exagero. Acostado allí inmóvil, en la oscuridad, horrorizado.
El miedo a veces puede desgastarte, hacerte un manojo de nervios, dejando sólo el más mínimo rastro de ti detrás. ¡Tenía que salir de esa cama! Entonces lo recordé, el crucifijo. Mi mano todavía estaba debajo de la almohada, pero no tenía nada. Lentamente tanteé alrededor para encontrarlo, minimizando lo mejor que pude el sonido y las vibraciones que causaba, pero no lo pude encontrar. O lo había tirado de la cama, o… ni siquiera podía concebirlo: lo habían tomado de mi mano.
Sin el crucifijo perdí toda noción de esperanza. Incluso a una edad tan joven, puedes estar bastante consciente de lo que es la muerte, e intensamente asustado de ella. Sabía que iba a morir en esa cama si me quedaba allí, pasivo, expectante, sin hacer nada. Tenía que salir del cuarto, pero ¿cómo? ¿Debía saltar de la cama y esperar que llegara a la puerta a salvo?, ¿qué si era más rápido que yo? ¿O debería arrastrarme lentamente fuera de la cama, esperando no despertar a mi compañero de litera?
Al darme cuenta de que no hizo nada cuando me moví tratando de encontrar el crucifijo, empecé a tener las ideas más extrañas.
¿Y si estaba dormido?
Ni siquiera había respirado desde que me desperté. Tal vez estaba descansando, creyendo que finalmente me poseía. Que finalmente estaba en sus garras. O quizá estaba jugando conmigo, después de todo eso es exactamente lo que había hecho por incontables noches, y ahora que estaba debajo de ello, apretado contra mi colchón sin una madre que me protegiera, tal vez sólo lo estaba posponiendo, saboreando su victoria hasta el último momento posible. Como un animal salvaje saboreando su presa.
Traté de respirar tan superficialmente como me fue posible, y reuniendo cada gramo de coraje que pude, comencé a levantar la sábana con la mano derecha. Lo que encontré bajo esas cubiertas casi detuvo mi corazón. No lo vi, pero en lo que mi mano movía la sábana, rozó algo. Algo suave y frío. Algo que sin lugar a dudas se sentía como una mano delgada.
Contuve la respiración, asustado, pues ahora estaba seguro de que sabía que estaba despierto.
Nada.
No se movía, parecía… muerto. Tras unos momentos llevé la mano un poco más adentro de la sábana y sentí un antebrazo delgado y mal formado; mi confianza y curiosidad casi mórbida creció en tanto me movía hacia un bíceps desproporcionadamente grande. El brazo estaba estirado, acostado sobre mi pecho, con la mano apoyada en mi hombro izquierdo, como si me hubiera agarrado mientras dormía. Entendí que tendría que mover ese apéndice cadavérico si quería escapar de sus garras.
Por alguna razón, la sensación en el hombro de mi ropa siendo arrugada por ese invasor de la noche me detuvo en seco. El miedo una vez más se acumuló en mi estómago y en mi pecho, mientras retiraba mi mano con disgusto por el tacto de cabello desarreglado y grasoso.
No me atrevía a tocar su cara, pero hasta el día de hoy me pregunto cómo se habría sentido.
Dios santo, se movió.
Se movió. Fue sutil, pero su agarre en mi hombro y a lo largo de mi cuerpo se hizo más fuerte. No hubo lágrimas, pero por Dios que quería de llorar. Mientras su mano y brazo se enrollaban en mí, mi pierna derecha tocó la pared que estaba contra la cama. De entre todo lo que me pasó en esa habitación, esto fue lo más extraño. Me di cuenta de que la rancia y sofocante cosa que obtenía gran placer de violar la cama de un niño, no estaba enteramente encima de mí. Estaba saliendo de la pared, como una araña cazando desde su guarida.
De pronto, su agarre pasó de un apretón leve a un estrujón repentino; me jaló y arañó mi ropa, como asustado de que su oportunidad pasara. Opuse resistencia, pero su brazo esquelético era demasiado fuerte para mí. Su cabeza se alzó, retorciéndose bajo la sábana. Ahora comprendía hacia dónde era que me estaba llevando, ¡a la pared! Luché por mi vida, lloré y de pronto mi voz había regresado, gritando, pero nadie vino.
Entonces supe por qué estaba tan ansioso, por qué tenía que poseerme en ese instante. A través de mi ventana, esa ventana que parecía representar tanta maldad desde afuera, nacía esperanza: los primeros rayos de sol. Seguí luchando, sabiendo que de aguantar un poco más, se iría. Mientras luchaba por mi vida, el parásito sobrenatural cambió de táctica, acercándose poco a poco a mi pecho, con su cabeza ahora asomándose por debajo de las sábanas, sibilante, tosiendo, jadeando. No recuerdo sus facciones, simplemente recuerdo su aliento contra mi rostro, fétido y tan frío como el hielo.
A medida que el sol apareció en el horizonte, ese lugar oscuro, ese cuarto asfixiante fue purificado, bañado por la luz solar.
Me desmayé cuando sus dedos flacos rodearon mi cuello, sacando la vida de mi cuerpo.
Fui despertado por mi padre ofreciéndome desayuno, ¡una vista en efecto maravillosa! Había sobrevivido a la experiencia más horrible de mi vida hasta ese momento, y ahora. Despegué la cama de la pared, retirando asimismo los muebles que creí que harían desistir a esa cosa de tomar una cama. Poco sabía que intentaría tomar la mía… y a mí.
Nunca le conté a nadie esta historia. Hasta el día de hoy, aún me despierto cubierto en sudor frío al sonido de las sábanas revolviéndose, o un jadeo causado por un resfriado; y ciertamente nunca duermo con la cama contra la pared. Llámenlo superstición si quieren, pues como he dicho, no puedo descartar explicaciones convencionales, tales como parálisis del sueño, alucinaciones o una imaginación demasiado activa, pero puedo decir esto: al siguiente mes mis padres me dieron su habitación en el otro extremo de la casa y ellos tomaron ese extrañamente sofocante pero alargado lugar como su dormitorio. Me dijeron que no necesitaban una habitación espaciosa, sólo una lo suficientemente grande como para alojar una cama y algunas otras cosas.
Duraron diez días. Nos mudamos al onceavo.


La Casa Sin Fin (Parte 1)

 


Permítanme comenzar diciendo que Peter Terry era adicto a la heroína.
…….Fuimos amigos en la universidad y lo seguimos siendo después de graduarme. Nótese que dije «graduarme». Él se retiró luego de dos años de esfuerzo mínimo. Tras pasar de los dormitorios en la universidad a un pequeño apartamento, no frecuentamos tanto. Hablábamos en línea de vez en cuando (AIM era líder en los años previos a Facebook). Hubo un periodo que no estuvo en línea por cerca de cinco semanas consecutivas. No me preocupó. Era un completo vago y adicto a las drogas, por lo que asumí que sencillamente le dejó de interesar. Pero una noche le vi entrar de la nada. Antes de poder iniciar una conversación, me envió un mensaje:
…….«David, hombre, tenemos que hablar».
…….Entonces me contó de La Casa Sin Fin. Obtuvo ese nombre porque nadie había nunca llegado a la salida. Las reglas eran simples y cliché: alcanza el último cuarto del edificio y gana quinientos dólares, nueve cuartos en total. Estaba ubicada fuera de la ciudad, a unos seis kilómetros y medio de mi casa. Al parecer, él lo había intentado y fracasado. Supuse que su intoxicada mente exageró la situación y salió huyendo por algún fantasma de papel o semejante. Me dijo que sería demasiado para cualquiera, era antinatural. Yo no le creí; ¿por qué lo haría? Le dije que echaría un vistazo la noche siguiente, y no importaba lo mucho que tratara de convencerme de lo contrario, quinientos dólares sonaba muy bueno como para ser cierto. Partí el día siguiente. Esto es lo que pasó.
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…….Al llegar y asimilar mi primera impresión del local… ¿alguna vez han visto o leído algo que no debería causar pavor, pero que por alguna razón un escalofrío se arrastra por tu cuerpo? Caminaba hacia el edificio, y la sensación de malestar se intensificó conforme abría la puerta principal.
…….Mi corazón se desaceleró y solté un suspiro de alivio cuando entré. El lugar se veía como el vestíbulo de un hotel cualquiera decorado para Halloween. Un letrero remplazaba al recepcionista, decía: «Habitación 1 por aquí. 8 más le siguen. ¡Llega hasta el final y ganas!». Me reí e hice mi camino a la primera puerta.
…….El área era una burla. La decoración te recordaba la sección de Halloween de un mini-súper, con fantasmas de tela y zombis animados que te gruñían al caminar a su lado. En el otro extremo estaba la salida, la única puerta además de la que usé para entrar. Caminé a través de las telarañas de juguete hacia la segunda habitación.
…….Fui recibido por niebla cuando abrí la puerta; sin duda hubo un avance en términos de tecnología. No sólo había una máquina de humo, sino también un murciélago colgado del techo y volando en círculos. Parecían tener una banda sonora de terror barata reproduciendo desde algún punto de la habitación.  No vi un equipo de música, pero supuse que debían haber utilizado un sistema de megafonía. Pasé por encima de unas cuantas ratas a cuerda y me fui con el pecho en alto a la siguiente zona.
…….En la tercera habitación es cuando las cosas empezaron a cambiar.
…….Superficialmente, no podías ver nada fuera de lo ordinario. Había una silla en el


¿Un sueño?

Realidad o ilusión… eso se vuelve indiferente. No lo viví, no se si sucedió, pero se volvió tan real para mi como el aire, como la luz del sol y por supuesto como la oscuridad…
Una noche de tantas, platicando con mi hermana de cualquier casualidad cuando una idea surgió, por diversión, morbosidad o ingenuidad, decidimos buscar historias escalofriantes que nos helaran el alma, un poco decepcionadas fuimos a dormir.
No tan cansada comencé a pensar en aquellas monotonías presentes en la vida de cualquier adolescente, como es normal me quedé dormida… o eso quiero creer….
Extrañamente era como si hubiese escuchado un ruido, quizá por el extraño deseo de un poco de adrenalina, me levanté, salí de mi habitación y bajé las escaleras, el ruido cesó pero como un una película de terror sin ningún sentido salí a la calle. Luna llena, en todo el día ni siquiera la había notado, tenía una extraña luz amarillenta, me traía una extraña nostalgia, un nudo se amarró en mi garganta y varias lágrimas comenzaron a brotar, los sollozos callaban en mi garganta, no podía liberarlos aunque quisiera.
Una figura se acercó a mi, no pude distinguirla pero no me daba miedo, al contrario, me abrazó y poco a poco se detuvieron las lágrimas.
_Es extraño, solo quien conoce tu dolor puede aliviarlo… eso es triste…_ Hombre o mujer, no lo se, solo se que su voz me estremecía en cada tono.
_En la tristeza no buscas salida… solo compañía…_ En ese momento yo misma no entendía mis palabras… pero en ese momento… no parecía importar.
_No te vayas… aquí no volverás a estar sola…._ Eso parecía una clara solución, no entiendo porqué, será la condición humana o que por fin comenzaba a razonar la situación y me veía en la mas profunda oscuridad atrapada entre sus brazos… sentí miedo…
_Esta paz… esta sensación… es lo que busco…_ De alguna forma yo misma trataba de convencerme y de un momento a otro aquella luna regresó y reflejada con tanta intensidad en mis pupilas me hizo sentir helada, me aferraba a el pecho de mi acompañante cuando un escalofrío me recorrió entera, helada, como si la sangre se me escapara, como si muriera… lo aparté bruscamente y por fin vi sus ojos,,, eran ojos de luna… como si se pudiera combinar la fisiología del ojo con la imagen de la luna.
_Un poco de dolor siempre es necesario para alcanzar un sueño… amor o miedo… ¿Porqué lo buscamos? ¿No es solo una forma de hacernos daño?… ese pequeño instante en las nubes… ¿vale siempre la caída?…_ Continuaba muy cerca de mi, se acercó a mi mejilla y pasó su lengua_  Porqué nos arriesgamos a quedar siempre en este maldito agujero lleno de soledad, tristeza, amargura…. odio… ¿Quién no ha llenado de eso su corazón?_ Fuera de creerlo un maniático o un psicópata, me di cuenta que esas eran mis palabras, tal vez no textualmente… tal vez nunca las había ni siquiera pensado como tales pero… las había pensado.
_¿Porqué no puedo ver tu rostro?_ Una sonrisa, eso si pude distinguirlo… no fue necesaria una respuesta de su parte, era como si le diera la razón a mi pensamiento y es que… era yo quien no le quería reconocer… ¿Porqué? me pregunté, no lo se… o tal vez si, ese enfermo miedo que buscaba estaba dentro de mi, me daba miedo que eso fuera real, me daba miedo que fuera un sueño, muchas ideas surgieron, tal vez eso era una representación retórica de mi misma o tal vez si era un psicópata enfermo, no lo pensé en el momento por que eso no importaba, sea quien sea o lo que sea, me conocía demasiado y siempre conservaré la duda… ¿tiene razón?
Gradualmente perdí la visión pero sus palabras o quizá las mías se repetían en mi cabeza hasta que escuche una última frase “Nunca te vas a escapar”, abrí mis ojos bruscamente y me encontraba en mi cama, no podía sentir el calor de las cobijas o algo por el estilo… como si acabara de acostarme… era imposible… pero me levante al baño para refrescarme un poco, cuando llegué al baño y antes de lavarme el rostro, quise verificar, literalmente se me aceleró el pulso cuando sentí mi mejilla húmeda… justo donde eso… rápidamente me miré al espejo y noté mis ojos rojos e inchados como si hubiese llorado a mares… como en ese momento… me resistí a creerlo y supuse que había llorado durante el sueño y eso mojó mi mejilla… ¿Cómo comprobarlo?… probablemente mi almohada o mi cama estarían igualmente húmedas… al revisarlas no fue así.
Primero me asustó demasiado pensar que fue verdad… después lo entendí, no importa la naturaleza del acto el hecho es que ahora estaba en mi mente… para mi ahora es real y nunca se marchará, cada noche que cierre los ojos puede volver… vivir o no con eso ¿es mi decisión?… no estoy segura…. y nunca lo estaré de nuevo… ahora me doy cuenta que ni siquiera de eso estoy segura.

Sueño o Ilusión

Es de noche, las calles reposan en un profundo silencio, y al mismo tiempo, algunas nubes de tormenta se precipitan sobre el cielo nocturno de la ciudad. De forma centellante, las nubes dan origen a algunos rayos, iluminando en parpadeos luminosos los altos edificios del centro de la ciudad, transformándolos en siluetas proyectadas en el horizonte nocturno.

El silencio es interrumpido por el estruendoso rugir de un trueno a lo lejos, el cual abre paso a una ligera llovizna.
En ese mismo instante, una chica duerme tranquilamente es su cama, indiferente al naciente caos nocturno que da inicio en ese momento. Un segundo trueno se escucha a lo lejos, haciendo vibrar los muros y cristales de la habitación, despertando a la chica por causa de su intensidad.
La chica se incorpora en su cama, algo confundida y des orientada por el abrupto despertar,  esto provoca por un instante que se pierda en la profunda oscuridad de su habitación, talla sus ojos en un intento por aclarar su visión, ya que la vista dentro de su habitación está limitada a simples siluetas, las cuales son proyectadas por una luz tenue, producida por algunas lámparas externas, la cual se cuela a través de sus delgadas cortinas. Una vez acostumbrada a la poca luz de su entorno, la chica deja su cama y camina al interruptor de la luz, al accionarlo no sucede nada, lo acciona un par de veces más, pero el resultado es el mismo, no insiste más y se retira algo molesta, atribuyendo el des perfecto a una posible falla en algún transformador cercano. Abre la puerta y se interna en aquel oscuro pasillo que fuera de su habitación, atravesándolo con pasos ligeros, procurando no golpear alguna de las mesitas con sus pies desnudos, al  cabo de unos pasos, experimenta una sensación extraña, parecida a un tirón en la altura de la nuca, la intensidad de la sensación es tanta, que incluso se tambalea un poco, con su mano toca su nuca, pero no le da mucha importancia que lo relaciona con el desequilibrio provocado por la profunda oscuridad. Tras unos pasos, llega a las escaleras que conducen a la planta baja, la cual es iluminada por una destellante luz que se cuela al interior, por una ventana de la sala, la chica baja las escaleras y toma rumbo a la cocina, toma un vaso con agua, bebe un poco y lo vuelve a llenar, y entre destellantes parpadeos , toma rumbo de nuevo a su habitación, justo a mitad de las escaleras, experimenta nuevamente esa extraña sensación de tirón en la nuca, detiene sus pasos y lentamente jira su mirada a sus espaldas, solo para asegurarse que ha sido solo una sensación, y no lo que su mente comienza a maquinar como producto por el temor emergente provocado por la  inmensa oscuridad.
Recorre nuevamente el oscuro pasillo con un paso más acelerado, llegando a la puerta de su habitación rápidamente, y al tocar la perilla de la puerta, experimenta nuevamente la extraña sensación con mucha más intensidad, abre la puerta, y sus ojos son testigos de algo abrumadoramente irreal, su mirada se fija en lo que parece ser ella recostada en su cama, y sobre de ella una escalofriante figura encapuchada flotando muy cerca del techo, la chica sorprendida suelta el vaso que sujetaba con su mano, el cual se quiebra al contacto con el piso, el ruido provoca que la entidad volteé a donde se encuentra ella, en sus manos se aprecia una especie de hilo luminosos el cual sujeta con firmeza, mismo que empieza a morder frenéticamente, al mismo tiempo que mantiene su mirada fija en ella, al momento que empieza a mordisquear el hilo luminoso, la chica experimenta nuevamente la extraña sensación, coloca su mano en la nuca, y se percata de algo que no había notado, con sus dedos detecta algo que no debería estar ahí, con su mano sigue lo que acaba de detectar hasta la altura de su cintura, y con sus ojos contempla el mismo hilo luminoso, el cual sigue con la mirada hasta las manos de la entidad, y de sus manos a la frente de la chica que yace acostada en su cama, la chica aterrada, libera un grito por lo que en ese momento contempla y por el inexplicable miedo que experimenta al percatarse del hilo. En un parpadeo la chica se encuentra en su cama, tras revisar su frente y su nuca, atribuye todo lo sucedido a un mal sueño, aun agitada y bañada en transpiración, deja su cama, motivada por la necesidad de refrescar su cara, al momento que abre la puerta de su recamara, la impresión la derriba, haciendo que caiga al piso conmocionada por la impresión provocada por lo que sus ojos contemplan. En el piso, fuera de su habitación, yace el vaso de agua quebrado.

The Screecher

Me gustaría señalar que creas que esta historia real o no, que este comentario es un cliche o no?. Realmente esto me paso.
Si crees que esta historia es solo una historia mas bueno, es porque tu no estuviste allí.
Durante mi primer año, vivía solo a dos o tres manzanas de mi instituto que quedaba justo al lado de una de las calles mas concurridas en la cuidad. En La carretera era peligrosa por el día, pero en la noche todo se quedaba vació y tranquilo. Quizá pasaban dos o tres autos por hora.
Después la calle se iba llenando a cada hora, hasta que se formaba un atasco en el semáforo de la escuela a las 6:00 o 7:00 de la mañana. Las noches eran muy tranquilas, las estrellas tenían la costumbre de llamarme para que caminara bajo ellas.
Desde mi segundo año, en un vecindario diferente, descubrí que al caminar me calmaba y siempre me daba tiempo de pensar sobre lo que fuera a pasar en mi vida. Normalmente volví a casa con una gran idea para una nueva historia o un nuevo dibujo.
Aveces era suficiente para ayudarme a dormir. Una noche sin embargo en una noche termine teniendo una pesadilla. Me pareció una noche normal cuando salio el sol. Yo había terminado de cenar y mi madre estaba trabajando hasta muy tarde, cosa que hacia cada dos noches como presentadora de un karaoke en los bares.
Así que me puse mi abrigo, tome las llaves de casa y me asegure de no olvidarme el celular y mi tubería de PVC que usaba en el caso de tener que defenderme. Así que deje en mi casa las luces encendidas, ya que no estaría mucho tiempo afuera.
Así que salí hacia el recibidor y cerré la puerta. Como solía hacer, opte por salir por el patio en ves de salir por el garaje, Ya que era el camino mas directo. Esto me ahorraba de pasar cerca de los coches que no eran necesarios. Tan solo había llegado a mitad del camino, cuando vi a un coche negro deteniéndose adelante de mi. Haciendo que yo parara de caminar.
Quien era ese tipo, porque ha parado, pensé sintiéndome angustiado. Era un hombre que parecía ser de 30 años y miraba hacia abajo adonde el tenia algo en la mano. Al parecer el no parecía que me hubiera visto.
Supuse que estaría mirando algo que estuviera escribiendo, o algo que tuviera una dirección. Así que espere pacientemente y cuando vi que se puso en marcha el auto, retome mi camino. Y cuando estaba caminando en la cera, el auto había echo un giro completo y volvió a estar en frente mio otra ves.
En este momento, el tiempo parecía ir mas despacio. Cuando el hombre quien de repente aparentaba tener 10 años o menos, se giro y me miro directamente a los ojos. En ese momento su boca se abrió por completo, y el hombre quien en ese momento no parecía un hombre normal, sino un monstruo.
qwertyuiop
Lanzo el grito mas inhumano que había escuchado en mi vida. Me quede paralizado mientras el se iba conduciendo el auto. No podía comprender que era lo que estaba pasando, y aun no entendía bien porque. Y cuando salí del shock le grite al auto que ya estaba pasando un semáforo:
"BICHO RARO"
No creí que el conductor me escuchara, pero de alguna forma lo hizo y me respondió con otro grito. Esto me basto para que yo me fuera adentro de mi casa, ya que estaba demasiado asustado para volver a salir. Y desde esa semana el estomago se me revuelve y me asusto sin razón alguna. Exclusivamente cuando veo a un coche negro en la noche y sobre todo si estoy solo, cuando va despacio o frenando cerca.

EL BEBE

Haya por el año de 1960.. había un pequeño poblado llamado acapulco (méxico)... eran los inicios de lo que hoy seria un maravilloso puerto turístico... como antes había cerca de 2 a 4 mil personas viviendo ahí.. no había muchas casas.. casi todo era monte.. y un señor subía todos los días al monte ya que ahí tenia un pequeño molino donde el cultivaba arboles de almendros... cada ves q el señor terminaba su trabajo y regresaba a su casa amistad del camino escuchaba a un bebe llorar.. el pensó que tal ves era eco de algún otro lugar así que no presto atención.. al llegar a su casa le dijo a su esposa que ya van como tres veces que escucha a un bebe llorar.... su esposa le dijo que era imposible que escuchara a un bebe llorar ya que la casa mas cercana quedaba algo retirada de ahí... su esposa le dijo que era por el cansancio ... entonces el señor se acostó a dormir pero se quedo pensando porque escuchaba a ese niño llorar... así que decidí! o ir a donde se encontraba ese niño cuando lo volviera a escuchar, a la mañana siguiente el señor subió al monte , termino de hacer su trabajo y como alrededor de las 10:00pm bajo a su casa, entonces a la mitad de el camino escucho otra ves al bebe llorar, así que decidió ir a ver de donde provenia ese llanto, el señor camino varias hectaria hasta que encontró la fuente de donde provenia el sonido, ahí estaba el bebe acostado bajo un árbol de almendros llorando y solo, el señor con cara de asombro corrió a levantar al bebe, que lloraba ahí, el señor dijo que quien pudo haber sido tan cruel en dejar a una criatura del señor ahi ala deriva, el señor camino con el bebe en brazos, el bebe comenzó a reír, y de pronto el bebe dijo mírame a la cara y sera lo ultimo que veras en la vida, el señor con cara de espanto no pudo evitar ver el rostro del bebe... era horrible ya que unos dientes muy grandes salían de su boca, el señor muy asustado tiro al bebe que seguía llorando,! y corrió a su casa, su esposa al ver que su marido había llegado a meterse a su cama, fue a ver que es lo que le pasaba, el señor estaba pálido y solo decía, es el demonio, es el demonio, su mujer hiso todo por calmarlo pero era inútil, el señor estaba muy asustado y ardiendo en fiebre la esposa asustada fue a buscar a un curandero.. pero para ir a la casa de un curandero tenia que caminar mucho y para cuando regresara seria de mañana, aun así la esposa fue a buscar al curandero, cuando la esposa regreso con el curandero, su esposo estaba muerto con los ojos de color blanco y la piel muy ceniza, el curandero al ver lo que le paso al señor salio muy aterrado, el la esposa se desmayo.... quedándose sola para el resto de sus días.. preguntándose... porque murió así su esposo!
nadie sabe porque aparece ese bebe ahí.. ahora estamos en el 2004 y en ese lugar construyeron una planta eléctrica... y dicen los que han trabajado ahí... que en punto de las diez de la noche se oye un bebe llorar!!