¿Alguna vez has dejado todo tu trabajo para el último momento? A todos nos ha pasado…
Desperté a las 12 de la madrugada, sudando, respirando desenfrenadamente, mareada y con escalofríos. Muchos se preguntarán por qué, la respuesta es simple, se me olvidó enviar un ensayo para mi clase, era tarde y mi maestra exigente, ¿Quién no se asustaría por eso? Me levanté de la cama, encendí la computadora y empecé a escribir mi trabajo, era un ensayo de por qué son importantes las garantías individuales, algo demasiado fácil. Con poca luz y esa sensación de estrés combinada con preocupación, logré terminar el escrito. Eran las 3:00 de la madrugada, me estiré y volteé hacia la ventana, todo se veía oscuro, no distinguía muy bien como el viento acariciaba las plantas o si algún animal rastrero invadía mi patio… todo estaba tranquilo, demasiado tranquilo, mientras se cargaba mi documento para enviárselo a la maestra fui por un vaso de agua, escuché unos pasos, pensé que era alguno de mis padres a punto de regañarme por la hora y dejar todo al último, caminé rumbo hacia las escaleras a enfrentar las palabras de uno de ellos… no había nadie, tal vez fue la falta de sueño que me hizo una mala jugada e imagine cosas. Tome un sorbo un de agua y de nuevo escuche pasos… mi piel se erizó y sentía mi corazón latir más rápido que de costumbre, no quería voltear, los pasos se escuchaban cada vez más cerca, se detuvieron… (Como quería que en esos momentos alguno de mis padres me estuviera jugando alguna broma) mi cabeza se giró poco a poco hacia atrás, me detuve, sentía una respiración cerca de mi nuca… mi piel se erizaba cada vez más, mi corazón quería explotar y mis ojos sacaban lagrimas de terror, ¿Quién estaba atrás de mi? ¿Me haría daño? ¿Qué aspecto tendría?… Mi cabeza giró rápidamente, mis ojos se movían de un lado a otro queriendo reconocer a alguien, respiraba agitadamente por la boca, una de mis manos estaba agarrando el vaso con agua y la otra formo un puño… que alivio no había nadie… Tal vez sólo fue el viento que paso cerca de mí y los ruidos eran aquellos muebles crujiendo.
Subí hasta mi habitación, envié el ensayo y volteé hacia el patio… había una mano, demasiado blanca tocando la parte exterior de la ventana, la pared ocultaba su rostro, pero tenía tanto miedo que deje caer mi cuerpo hacia el suelo, me arrinconé sin dejar de ver esa mano… me tape la boca para no gritar, y vi como la mano lentamente se iba escondiendo hacia la pared… Le rogaba a todo lo que conocía como bueno, que no entrará ese ser a mi alcoba… gateé hacia la habitación de mis padres, mi respiración se escuchaba cada vez más fuerte y más violenta… la puerta estaba entreabierta, y vi que alguien estaba parado, mirándolos, tenía un cabello negro y largo, un vestido blanco sin manchas y su piel más blanca que su atuendo…. Caminé hacia atrás lentamente, y al estar un poco lejos de ese ser corrí con todas mis fuerzas hacia mi habitación y me encerré… Vi la hora… eran las 3 de la madrugada, ¡como podría ser eso posible!, las manecillas no se movían y de nuevo escuchaba esos pasos acercándose hacia mí, mire la manija de la puerta como giraba lentamente… cerré los ojos lo más fuerte que pude y llevé mis manos hacía mi cara… sentí su respiración frente a mí…. Grité.
Dicen que a las 3 de la madrugada, pasan cosas sobrenaturales… algunas almas sólo buscan la compañía de aquellos que están vivos. Estos seres no hacen daño, solo te vigilan cuando duermes, pero cuando se dan cuenta que éstas despierto es mejor no hacer ruido o terminarás igual que yo… la chica de la historia… sólo te diré que me siento sola y sé que algún día tendrás que dormir tarde.
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