Rojo cual rubí


Yo vivía al sur de California junto con mi adorada esposa Martha, 2 años menor que yo. Martha y yo nos conocimos en un viaje que tuve a Asia y desde ese momento quede hechizado por su belleza. Tenía unos preciosos ojos azules, una sonrisa tan blanca cual esmeraldas reluciendo, una piel clara y suave al contacto, era la mujer perfecta. 

Cumplíamos 3 años de noviazgo cuando decidimos juntarnos en matrimonio. Durante la celebración uno de los invitados le obsequio a Martha un collar de oro con un llamativo y grande rubí en forma de corazón, ella se vio muy asombrada por lo cual se lo puso de inmediato para lucirlo con su gran vestido blanco, pero… unos momentos después ella se dispuso a preguntarme de quien se trataba ese invitado ya que resultaba desconocido para ella. Lo describió como un hombre con facciones toscas, muy alto , con un traje de vestir y sombrero lo cual sonaba totalmente desconocido para mí , pues yo no conocía ni creía tener a un familiar o amigo con las características descritas anteriormente , por lo cual le pedí que me mostrara el lugar donde se encontraba ese extraño hombre pero extrañamente cuando nos dirigimos al lugar señalado por ella este había desaparecido en su totalidad lo cual nos causó una sensación de inseguridad a Martha y a mí , de igual forma continuamos con la celebración de todos modos hasta llegar a su término. Tiempo después los dos juntamos nuestros ahorros para así poder tener un hogar propio donde pudiéramos cumplir nuestros sueños de tener hijos y así ser una familia perfecta , pero … una sensación … una sensación de enojo y rabia se empezó a apoderar de mi unos meses después , no sabía de donde se originó exactamente , lo único que sabía era que no podía dejar de pensar en ese collar con ese gran rubí que colgaba de su cuello día a día , era como si esa pieza me hipnotizara cada vez que la veía y sentía un gran deseo a la vez de una furia desenfrenada por Martha Con forme paso el tiempo mi actitud fue cambiando con ella siendo cada vez más cortante y agresivo con ella , no lo entendía , yo la amaba demasiado para poder hacerle eso pero este pensamiento cambiaba al momento de estar cerca de ella. No encontraba una explicación cuerda que pudiera decirme porque me pasaba esto. Un día saliendo del trabajo acompañe a un amigo por unas copas pensando que esta sería una buena solución para poder omitir los pensamientos de Martha por un rato.

Estuvimos charlando un rato por lo que tome valor para contarle lo que estaba pasando , le platique como es que nuestra relación había cambiado tan drásticamente y como la trataba ahora , además de mencionarle la enfermiza adicción que había surgido en mi por ese rubí. Cesar (nombre de mi amigo) me menciono que quizás podría tener una relación el rubí con la actitud que fui tomando con Martha , que podría tener un hechizo o algo parecido, lo interrumpí diciéndole que esas eran ideas descabelladas , tome mis cosas y me fui argumentando que estaba cansado. Cesar se paró de su asiento y me grito a lo lejos

-¡Yo vi a ese hombre que se lo dio a Martha! Me detuve a escuchar esas últimas palabras, fruncí el ceño y me fui. Estaba caminando en la calle, eran la 1:30 de la mañana y debo admitir que estaba un poco ebrio pero podría jurar que lo que vi fue real Justo en la esquina de una calle se encontraba parado un hombre de aproximadamente un metro noventa, con un traje de vestir negro y un sombrero del mismo color, no podía verle la cara muy bien debido a la oscuridad de la noche, pero si pude ver claramente como este hacia una mueca de sonrisa en su rostro… una sonrisa macabra y llena de maldad que se dirigía hacia mí. 



Temeroso grite: -¡Señor! ¿Necesita algo? No hubo respuesta, me alerte y corrí lo más rápido que pude de ese lugar hasta llegar a mi casa. Al llegar note que Martha me estaba esperando por el motivo de una noticia importante, pero una vez más esa sensación de enojo y coraje se apodero de mi, por lo que me negué a hablar con ella y subí a mi habitación. Cada quien tenía su propia habitación, por lo que podría tener un poco de privacidad. Me recosté en la cama y me puse a pensar en todo lo que estaba pasando, el motivo de porque ese odio y además la pregunta de quién era ese hombre atravesó mis pensamientos, hasta que de pronto, como si de un destello luminoso se tratara recordé la boda, el hombre que le regalo aquel collar a Martha… me quede congelado por un momento de solo pensar que realmente tuviera algo de eso relación con migo y mi matrimonio. Sin darme cuenta me quede profundamente dormido, hasta que un sonido inesperado hizo que me levantara repentinamente de la cama, era el sonido casi imperceptible y delicado de una respiración, inconscientemente sabía que era la respiración de Martha… durmiendo… indefensa ante cualquier peligro que la rodeara. Tire una risa fuera de lugar y me levante de la cama, sentía como si un impulso agresivo se apoderara de mi. Baje a la cocina sin saber exactamente mi objetivo inicial, me detuve por un momento un poco confundido de lo que estaba haciendo cuando un repentino sonido interrumpió el silencio de nuevo, era ella otra vez durmiendo placenteramente en cama. Me exalte, mis ojos se tornaron de un color rojo intenso y fui en busca de un cuchillo largo y afilado aun sin saber exactamente mis acciones posteriores. Empuñando fuertemente el cuchillo fui hasta la puerta de su cuarto, no quería despertarla ya que la puerta hacia un ruido chillón y molesto al abrirla por lo que tenía que tener extremo cuidado. Tome la perilla de esta y gire hasta que finalmente la puerta estaba abierta, con mucha delicadeza empuje hacia atrás únicamente un pedazo extremadamente pequeño de la puerta entre dejando ver únicamente ese collar… Ese maldito collar con ese rubí que parecía brillar como un gran lucero. Me quede por unos momentos inmóvil… observándolo detalladamente la pieza. Repentinamente un fuerte dolor de cabeza se invadió de mi, llevando rápidamente mis manos a mi cabeza pudiendo escuchar el descontrolado llanto de un bebe que parecía provenir de la habitación de Martha que parecía hacerse cada vez mas y mas fuerte, desesperado tome nuevamente el cuchillo del suelo y entre repentinamente al cuarto de ella apuñalándola varias veces en el pecho sin darle oportunidad de gritar o algo parecido alcanzando así a desprender el collar de su cuello. Cuando esto pasó mis ojos volvieron a su color normal, observando así que el rubí del collar iba tornándose de un color negro como si de un anochecer se tratara. En seguida sentí como la sangre de Martha se encontraba escurriendo en mis manos sintiéndome culpable y a la vez aliviado de que esto por fin había terminado, pero no podía dejar su cuerpo así , por lo que la tape con unas mantas y saque su cuerpo de la casa hacia el patio trasero desechándolo en el basurero. La paz regreso en mi, era como una sensación de tranquilidad que me brindaba el por fin estar libre. Regrese a su cuarto para tirar las sabanas llenas de sangre que se habían quedado, al entrar a la habitación observe unos papeles que se encontraban en una pequeña silla a un costado de la cama que no había visto antes por lo cual decidí revisarlos. Me quede anonadado… esta… estaba embarazada! Pe… ¿pero cómo? De pronto ese fuerte y horrible dolor de cabeza volvió a mí, pero ahora se escuchaban como agonizantes y estrepitosos llantos que parecían penetrar cada centímetro de mí, por lo cual me tire de rodillas sollozando de dolor.… ¡ese maldito sujeto que se encontraba sonriéndome y mirándome fijamente una vez más! .Pude notar que su boca hacia movimientos como si estuviera tratando de decirme algo, en ese preciso momento el dolor y la tortuosa forma de alaridos y llantos que podía percibir era aun mayor, terminando finalmente tirado en el suelo… inerte 

Fin

Historia escrita por - Yolotzin Gonzales Guzmán


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