“No creas
todo lo que dicen”, muchas veces somos victimas de lo que vemos o escuchamos,
caemos totalmente en las mentiras de la gente. A veces aprendemos la lección y
no volvemos a caer en la misma trampa, otras veces, seguimos haciéndolo sin
darnos cuenta de cual fue el error. ¿Pero que pasaría si después de aprender la
lección, alguien te demuestra que no todo lo que ves es falso?
Mi nombre
es Isabel, pero prefiero que me llamen Bel para acortarlo. Soy una niña normal
de 16 años que le gusta pasar un buen susto de vez en cuando, por eso suelo
buscar por Internet algún relato que me erizó los pelos, pero después de haber
leído tantos deje de creer en ellos, y perdieron su gracia poco a poco.
Un día, encontré
una extraña leyenda urbana que decía que si te metías a cierta pagina a cierta
hora, una mujer te vendría a visitar y te arrancaría los ojos. Por supuesto, yo
no creí en esa historia, “ya no saben que inventar” me dije, y lo deje. Se lo
pasé a una de mis amigas, pareció entusiasmarle, y me retó para que hiciera lo
del relato. Mi ego no me permitía quedar mal parada en ese reto, así que
acepte, y me vi forzada a estar sola frente a un monitor, con las luces
apagadas, a media noche y a punto de entrar a esa pagina. Debo admitir que me
dio miedo, ¿Y a quien no? Espere los segundos exactos para entrar a esa pagina,
y al ver los cuatro ceros en la hora del monitor, apreté el botón “actualizar”
del navegador.
“Esta
pagina Web no esta disponible”
¿Lo habré
escrito mal? Antes de que se acabara el minuto de la media noche, lo intente
varias veces y nada, aparecía otra pagina, un error, nada, ¡Nada! Esa supuesta
pagina no existía, solo era una leyenda urbana.
Luego de
hacer una foto para que mi amiga me creyera que cumplí con el reto, me puse a
dormir como siempre. Al día siguiente, le mostré la foto y me gane la
admiración de los que no se atrevieron a entrar, pero uno de ellos parecía no
importarle, no era que el también lo hubiese hecho, sino que decía que yo
realmente no había demostrado nada, ya que eso no era “real”.
“Haz oído
hablar de ¿La noche de los que lloran?” dijo, me dio un papel con la dirección
de una pagina Web muy extraña, estaba escrita con letras y números, no podía
entender lo que decía. Bajo la dirección habían unas instrucciones, decían que
debía entrar con las luces apagadas, a media noche y totalmente sola. “Clásico”
me dije, esto no era nada nuevo para mi, luego de leerlo varias veces, vi una
frase que no había visto antes ya que estaba con una letra muy pequeña “Debes
entrar completamente sola”, me extrañe, al parecer era importante ese punto,
como sabia que solo era una leyenda urbana solo lo arrugue y lo guarde dentro
de uno de mis bolsillos.
Tiempo
después, vi una noticia realmente extraña en la televisión, una persona había
muerto frente a su computador, cualquiera diría que no tenia nada de especial,
si no fuera que esa persona tenia medio cuerpo pegado a la pantalla del monitor
“Es como si alguien hubiese roto el vidrio de una ventana y lo hubiese tirado
de los brazos desde adentro, para luego volver a poner un vidrio en medio de su
cintura y dejarlo atrapado”, nunca había visto algo así, pero lo que luego oí
fue lo que me dejo petrificada “Luego de buscar el historial en su equipo, descubrieron
que la ultima pagina en la que se había metido fue una extraña Web hecha de
números y letras, nadie sabe aun su significado”.
Al
instante recibí una llamada, era mi mejor amiga diciendo que vendría corriendo
a mi casa. Cuando la veo llegar, llega desesperada diciendo que había
encontrado algo “Fascinante” que yo debía ver. Entramos a mi habitación y se
puso a buscar en Internet la dirección que me había dado esa persona,
aparecieron un montón de foros y otras paginas en que alertaban a la gente “No
entre a esa pagina” “No se arriesgue” “Mi tío se murió por culpa de esa
pagina”, millones de personas tratando de que nadie entrara a esa pagina Web.
“¿Y tu
crees que si a ellos les hubiese pasado algo malo, estarían allí alertando a
los demás?” Nadie dijo nada acerca de que era lo que uno veía al entrar a esa
Web, ni porque estaba escrita de esa forma.
No pude
evitar sentir miedo al ver todas esas advertencias, mi amiga parecía muy
entusiasmada “¿Que tal si probamos nosotras esta noche?”. Cuando dijo eso,
asentí al instante, como un acto reflejo, trate de negarme de inmediato, pero
me siguió insistiendo, no me quedaba otra, debía asumir y entrar en esa pagina.
Esperamos
que se hiciera de noche y nos pusimos a probar entrar en esa pagina,
comprobamos varias veces que estuviera bien escrito, pero solo aparecía un
mensaje de error “Esta pagina Web no esta disponible”. Quizá fuese como la otra
Web, donde solo se podía entrar a medianoche. Una vez que vimos los cuatro
ceros, entramos a la pagina. Solo había un fondo negro, y unos números en la
esquina inferior derecha de la pagina. No había ningún botón que nos llevara a
la pagina siguiente, nada, solo esos números que subían muy lentamente.
Mi amiga
empezó a desesperarse, chiqueó como loca toda la pantalla, pero solo logro
soltar el pequeño botoncito del mousse, que lo tenia fallando desde hace mucho
tiempo “Vaya porquería de pagina”, dice, y se levanta, dejándome sola en la
habitación, antes de que saliera, tomo el mousse para buscar si había algo que
ella no logro encontrar, y cuando paso el puntero sobre los números, aparece un
mensaje escrito en blanco en medio de la pantalla.
“B13NV3N1D0″
Llame a
mi compañera para que viniese a ver lo que había encontrado, volvió corriendo y
se sentó a mi lado como estábamos antes. chiqueó el mensaje y nos llevo a una
nueva pagina, tenia también el fondo negro, y había un pequeño mensaje en el
centro que decía algo así como “¿H45 V3N1D0 C0MPL3T3T4M3NT3 S0L4?”, y dos
opciones abajo que ponían “si” o “no”. Mi amiga ni siquiera me preguntó, puso
“Si”, apareció otra pantalla completamente en negro, y se quedo allí por
bastante tiempo. Nos miramos por un rato, tratando de adivinar que era lo
siguiente, pero un chillido ensordecedor nos hizo devolver la vista a la
pantalla, solo había un mensaje que decía “¿P0RQU3 M13NT35?”, nos llevamos las
manos a los oídos, mi amiga suplicaba que apagara los parlantes, pero yo
siempre los tengo apagados, me puse a buscar una manera de apagar el sonido,
trate de cerrar la
pagina, pero el botón “X” no estaba, apreté el botón de apagado, trate de desconectar el computador, pero el chillido no cesaba, Tratamos de salir de la habitación, pero el chillido era tan fuerte que apenas podíamos mantenernos en pie, cuando el chillido cesó, una imagen apareció en la pantalla, mi amiga, que aun estaba sentada frente al monitor, se puso a gritar.
pagina, pero el botón “X” no estaba, apreté el botón de apagado, trate de desconectar el computador, pero el chillido no cesaba, Tratamos de salir de la habitación, pero el chillido era tan fuerte que apenas podíamos mantenernos en pie, cuando el chillido cesó, una imagen apareció en la pantalla, mi amiga, que aun estaba sentada frente al monitor, se puso a gritar.
Era la
imagen de una persona, tenia la piel muy blanca, no tenia cabello ni boca, pero
de alguna manera parecía que estuviese sonriendo. Mi amiga trato de levantarse
y salir corriendo, pero lo que vi a continuación fue lo que no es posible
explicar con palabras. El extraño ser saco ambos brazos por la pantalla del
monitor y tomo a mi amiga de los suyos, la empezó a tirar hacia adentro, yo
trate de ayudarla, la tome de la cintura y trate de mantenerla conmigo, pero
solo logre mantener sus piernas fuera, la pantalla se puso en negro nuevamente,
y se quedo allí, con medio cuerpo fuera de la pantalla. había dejado de
patalear, ya no se movía. Me di la vuelta para ver si el resto de su cuerpo
estaba al otro lado de la pantalla, nada, no había nada detrás del monitor, era
como si una trituradora la hubiese destrozado. Salí corriendo a buscar ayuda,
nadie me creyó lo que vi.
¿Y quién
me iba a creer?
Luego de
muchos años, comprendí que hay cosas inexplicables en este mundo, y algunas
cosas que no tienen por que ser ciertas. Desde ese día, cada vez que encendía
el monitor, recordaba las escenas que vi ese día, pensaba en lo que pude haber
hecho y no hice para ayudarla, que pude haber tomado en serio las advertencias
que me dieron…
Una vez
me dijeron que no todo lo que decían era cierto, que no todo lo que mostraban
era real.
…Ahora
debo vivir con las consecuencias.
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